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FEDERICO GARCÍA LORCA. Por Günter Blöcker. Berlín, 1961 / Lorca a través de sus propias palabras. Por Juan Osborne

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FEDERICO  GARCÍA  LORCA


Lorca a través de sus propias palabras.*
Por Juan Osborne, artista y arquitecto español.

Tras evaluar con el respaldo de computadoras todos los poemas de Lorca, Osborne destaca que los cinco vocablos más enunciados resultan “niños”, “muerte”, “amor”, “agua” y “corazón”. Justo en su retrato, la palabra “corazón”, con 193 menciones, tiene una relevancia especial.

 El retrato está compuesta por las palabras más utilizadas en sus poemas, sin duda una preciosa lista que empieza por: niños (215), muerte (210), amor (199), agua (194), corazón (193), noche (180), cielo (156), canto (146), blanco (136), estrellas (130), oh (130), rosa (128), ojos (126), ay (118), luz (118), quiero (117), sangre (117), viento (116), mar (111)…

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FEDERICO  GARCÍA  LORCA
Con motivo de aniversario 77 de su asesinato, Agosto 18 - 19, 1936 - 2013, tomado del libro “Líneas y perfiles de la Literatura moderna” * de Günter Blöcker, Guadarrama, 1969 (Berlín,  1961). Págs.209 a 217. (* Con carácter didáctico, escaneó y difundió JCL, Agosto 11, 2013, http://ntc-narrativa.blogspot.com/2013_04_21_archive.html) 

Uno de los momentos más felices en el trato con la literatura es el encuentro con una inocencia de lo poético, que no sea mera sencillez devota y dulce cancioncilla, sino que resulte de la confluencia de la ingenuidad con la sabiduría intuitiva, la experiencia trágica y el refinamiento de una cultura antigua. Este es el tipo de inocencia que imprime su magia en la obra de Federico García Lorca. La lírica de Lorca —y también sus dramas son lírica— tiene la áspera frescura de lo prístino y la experiencia formal, la seguridad cuajada de los ademanes rítmicos que sólo consigue un poeta con esta naturalidad por transmisión de tradiciones. En el enorme espacio de la poesía moderna, un espacio de conciencia, formado y poblado por el gusto de la osadía intelectual, Lorca representa la individualidad vegetativa. Con la clausura y la seguridad en sí mismo de lo que tiene raíces y se sabe soportado por ellas, se enfrenta al moderno mundo de laboratorio, al que, sin embargo, no se cierra. Lo acoge en sí, lo envuelve y lo sobrepasa; le da las sombras en las que viven los espíritus de la antigua vida imperturbable.
Una de las razones de tal superioridad —la superioridad del cantor sobre todos aquellos que han de elaborar antes sus premisas líricas— es la hispanidad de Federico García Lorca. España es, con Irlanda, el país europeo que aún se renueva en el mito. Mito significa orientación hacia abajo, significa percepción de amplitud y de profundidad, significa máxima conciencia de la personalidad juntamente con la conciencia de la trágica defectuosidad de todo lo personal. La conciencia mítica permite la conservación de la dignidad individual y, al mismo tiempo, de una amplia sensibilidad totalitaria, basada no en una razón «social», sino en la común procedencia de la oscuridad. Esta oscuridad, que a todos amenaza, sólo puede ser conjurada con un acto de culto. Se vence en el ritual de la corrida de toros, en la belleza de la muerte, en la veneración de la belleza, en la cortesía, en la caballerosidad, en la estrofa, en el ritmo del baile. «En la corrida y en el baile flamenco no se divierte nadie», dice Lorca. Y: «El torero, quemado por el demonio, da una clase de música pitagórica.»
Se comprende que fuera más que una afición folklórica lo que movió a Lorca a coleccionar nanas de todas las regiones españolas. Se lanzó en busca del secreto de las melodías negras, de las estrofas oscuras; buscó los motivos de la tenebrosidad de los textos y de la tristeza de las melodías que nos conmueven con lastimera fuerza en la poesía popular, y no sólo la española. La madre española, comprueba, desdeña cantarle al niño sólo cosas agradables; lo prepara suavemente para la realidad amarga, lo «embebe paulatinamente en el sentimiento trágico del mundo». ¡Qué amplitud de pensamiento, qué español, qué limpio de sentimentalismo, y al mismo tiempo, cómo nos acerca a la fuente de toda poesía! En Lorca hay siempre dos escenarios: el visible se llama España, el invisible es la existencia humana. Si en una de sus poesías (La calle de los mudos) apunta el coqueteo, las risas, guiños y señas de un ceremonial galante, sabemos: esto es España. Y no sólo porque se hable de capas y de abanicos, sino porque estas cosas están ordenadas de modo que nos comunican inconteniblemente —a pesar de su delicada gracia— algo del sentimiento básico de la existencia española, algo de la tensión entre el instinto y la costumbre, entre el éxtasis y el ascetismo, la ardiente devoción a lo bello y el moralismo hierático que pertenecen al ser español. Las jóvenes juegan entre risas, pero en jaulas, tras «inmóviles vidrieras», y sobre «los pianos vacíos» tienden las arañas sus hilos. Se rinde homenaje a las bellas con la capa, se ejercita el juego de los abanicos, pero se ama a distancia. Se utilizan trasnochadas formas y fórmulas, se vive con símbolos tras los que busca refugio un apasionamiento destructor.
Todo esto es España. Pero ¿quién puede pretender que sólo es España? La melancolía de un solo verso solitario, desprendido de la estructura estrofal, expuesto aisladamente:

Mundo del abanico,
el pañuelo y la mano,

nos conmueve, independientemente del medio; y que el lenguaje ardiente haga de la capa de lana, airosamente lanzada, «alas y flores» es encantamiento lírico que nos conmueve siempre y en todas partes. El influjo inmediato de tal lírica descansa en el hecho de trabajar con material sensorial pródigo en connotaciones líricas, en el hecho de hallarse fuertemente anclada en la tradición de una poesía popular, llena de plasticidad. Su dramatismo secreto y su efecto más profundo reside, no obstante, en que modula, transforma y desarrolla el tono popular, lo eleva a la condición de lo suprarregional, haciéndonos partícipes de un proceso que, sin ser el único, es el camino genuino de la poesía. El secreto y la grandeza de Lorca están en que los elementos de la tradición tienden en él, con necesidad intrínseca, a maridarse con el espíritu de su tiempo. El apasionamiento y el estoicismo españoles, el amor a la vida y el desprecio de la muerte, la fantasía y el realismo, lo soñador y lo duro, la viril melancolía y el alegre sentimiento de las formas, la conciencia básica de la unidad del nacer y del perecer, todo ello se transforma en posibilidades de nuestra propia sensibilidad. La certidumbre de  que el paso de la poesía popular a la gran poesía Universal es aún posible se lo debe la literatura moderna—además de a Yeats—, sobre todo, a García Lorca.
Esto presupone, evidentemente, que el poeta se mantenga abierto no sólo a las voces del paisaje, sino también a las del mundo. Jean Gebser, que conoció a Lorca personalmente, subraya lo «lunático» de su personalidad; «casi no era persona, sino estado», «nunca era poseedor, siempre poseído». Esto denota receptividad multifacética; por eso fue también él el amigo de Salvador Dalí, accesible a los encantos del modernismo abstracto y de los montajes de imágenes intelectuales. Su irrupción en los ámbitos de la inocente objetividad y de la escueta melodía es algo esencial de su personal estilo: la protagonista de Preciosa y el viento, uno de los romances gitanos con los que Lorca se ganó el amor de sus compatriotas, no recorre un sendero bordeado de laureles, a lo largo de un arroyo cristalino, sino un

anfibio sendero
de cristales y laureles;

y la elemental música del viento, bajo cuya furia palidece la tierra, es parafraseada con palabras que componen requisitos reales convirtiéndolos en esquemas expresivos irreales:

Cantan las flautas de umbría
y el liso gong de la nieve.

El cantor de Andalucía se vuelve ingeniero lírico sin dejar de ser cantor. Hace música con imágenes que reunen, en concepción genial, lo natural y lo conceptivo. Sus poesías son arte popular, comprimido en fórmula; idilio cantante, traspasado por los relámpagos de un intelecto inquieto y combinatorio. La inmanente naturalidad de este proceso se ve subrayada por la falta de solución de continuidad entre el tradicionalismo y el vanguardismo. En una de sus poesías más bellas y características, La baladilla de los tres ríos, en la que Lorca contrapone el alegre y claro mundo de Sevilla al mundo trágico y pesaroso de Granada, poniendo de relieve en sus ríos la doble cara de su patria andaluza, utiliza la osada metáfora:

El río Guadalquivir
tiene las barbas granate.

Se podría sucumbir a la tentación de calificar este giro —las barbas granates del río son sus riberas de tierra roja— como especialmente significativo del modernismo de Lorca si Enrique Beck, traductor de Lorca al alemán, no nos hubiera hecho notar que ya don Luis de Góngora, en el paso del siglo XVI al XVII, había dotado al Guadalquivir de estas características fisonómicas. El mismo Lorca señala en su conferencia sobre don Luis de Góngora (1927) la tradicional riqueza en imágenes de la poesía y del idioma español, y cita una multitud de encantadores ejemplos: una cúpula es una «media naranja»; a un cauce profundo que discurre lento lo llaman un «buey de agua», y a los mimbres les gusta estar siempre en la «lengua del río». Incluso lo más característico de Lorca, la conjunción e inserción de la plasticidad más floreciente y de la abstracción más escueta, las intersecciones de los planos conceptuales y la mezcla de esferas sensoriales: las luces que gritan; el cielo que cabalga sobre el río; el horizonte de perros que ladran; la luz, como pájaro en el infinito, nido del universo; el viento que corta como un hacha; los árboles que son como flechas disparadas desde el cielo; el brazo de la noche que crece por la ventana; el marino que retorna con un pez en el corazón (su nostalgia del mar), o la llama de la lamparilla de aceite que, como un faquir, contempla su corazón de oro; todo esto se encuentra en tendencia ya en Luis de Góngora quien llama a una gruta «el bostezo melancólico de la tierra», y habla de las muchas «orejitas» que forma el arroyo en su corriente para escuchar el canto de los pájaros. Cuando Lorca nos hace vivir lo ilimitado y lo sacramental del silencio, convirtiéndolo en un ser que inclina todas las frentes hacia la tierra, o cuando caracteriza la ciega incontinencia de los deseos humanos, dándoles cabezas sin ojos, son éstos otros tantos momentos en los que la tradición popular, el genio del barroco español (Góngora, Cervantes) se da la mano de forma fecunda con el espíritu del lenguaje moderno. Dice Lorca que los poetas han de abrir las puertas comunicantes entre los sentidos humanos, y para llegar a sus imágenes más reales y bellas, sobreponer las sensaciones: «La imagen es, pues, un cambio de trajes, fines y oficios entre objetos e ideas de la naturaleza. La metáfora une dos mundos antagónicos por medio de un salto ecuestre que da la imaginación.»
Dijimos: también los dramas de Lorca son lírica. Con toda la inexorabilidad del detalle realista conservan intacta la sonoridad lírica, se comportan como canciones por su construcción estrófica, sus flexibles transiciones de la prosa al verso, de la palabra hablada a la cantada. También aquí perpetúa Lorca una tradición. Acerca de la tragicomedia Doña Rosita la soltera, o el lenguaje de las flores (1935) se lee en el subtítulo: Poema granadino del novecientos, dividido en varios jardines, con escenas de canto y baile.Pero «canto y baile» en Lorca no son, como en las obras costumbristas de los hermanos Quintero, añadido poético, sino expresión, crescendo, síntesis lírica. Así, en Yerma, la tragedia del anhelo de maternidad, un conjunto de seis lavanderas asume el papel comentador del coro antiguo, traspuesto al folklore ibérico. En Bodas de sangre, la obra dramática más conocida de Lorca, lo lírico se convierte en elemento formal constitutivo, en portador de las energías dramáticas. El núcleo mítico de esta «tragedia lírica», la rebelión de la naturaleza contra los transgresores de la moral, no habría sido representable con los medios ortodoxos del drama; fue necesaria la lírica. Lorca lo consigue haciendo incluso de la luna una perseguidora de la pareja adúltera: la hace aparecer en la figura de un joven leñador de pálido semblante no como luna suave y benigna, sino como estrella fría y mortal que quiere calentarse con el latir de la sangre humana. Es un monólogo, un poema si se quiere, pero ¡qué soterrada tensión, qué horror lunar y qué exactitud de la función dramática! Desde la enajenación cósmica del principio:

Cisne redondo en el río
ojos de las catedrales,
alba fingida en las hojas
soy...,

se eleva la aparición, pasando por el grito del elemento vengador:

¡Tengo frío!,
y
¡No haya sombra ni emboscada,
que no puedan escaparse!,

hasta el reiterativo

¡No! ¡No podrán escaparse!
Yo haré lucir al caballo
una fiebre de diamante.

La luna y la muerte (la muerte se presenta como una mendiga anciana que recorre descalza el bosque) se alían a la moral. Persiguen a los fugitivos y señalan el camino a los perseguidores. Sabemos que cuando sale la luna se ha acabado la huida. El final del cuadro es pura lírica escénica, poesía muda con los medios del escenario: «Aparece la luna muy despacio. La escena adquiere una fuerte luz azul. Se oyen los dos violines. Bruscamente se oyen dos largos gritos desgarrados y se corta la música de los violines. Al segundo grito aparece la mendiga y queda de espaldas. Abre el manto y queda en el centro como un gran pájaro de alas inmensas. La luna se detiene. El telón cae en medio de un silencio absoluto.
Lorca murió en 1936, cuando todavía no tenía treinta y siete años, víctima de la guerra civil. Su última obra dramática, La casa de Bernarda Alba, la «tragedia de la mujer en los pueblos españoles», permite entrever la evolución que habría podido experimentar su estilo lírico-dramático. El drama sin hombres, cuyo protagonista invisible es —precisamente por su ausencia— el hombre terrible, el ser priápico alrededor del cual giran los pensamientos de las mujeres condenadas a la soledad por una costumbre despótica, tiene el desnudo rigor de un documento. El lírico se hace crítico social; la canción de la soledad, cantada a través de los siglos por la literatura española, y enriquecida por Lorca con algunas de sus variantes más bellas, se congela aquí en un grito, un grito fijado por el autor con inmisericorde precisión. «El poeta —se dice en una nota previa— advierte que estos tres actos tienen la intención de un documental fotográfico.» La tragedia del individuo en un mundo implacablemente organizado, llámese la organización tribu, costumbre, familia, tradición, Estado o ideología obligada, o el conjunto de todo ello, el problema de la sociedad sin comunidad, este tema básico de nuestro tiempo es puesto de relieve aquí en un segmento pequeño, delimitadamente localista. Pero el segmento se amplía en la medida de lo poético, lo peculiar demuestra ser, como siempre en la poesía, lo verdaderamente general. Pero para poder conseguir tal efecto hay que contar con la presencia y la colaboración de aquella fuerza secreta que Lorca admiraba —fraternalmente— tanto en Rimbaud o en Goya como en las bailarinas del Puerto de Santa María, de quienes dice que «el duende opera sobre su cuerpo como el viento sobre la arena». La presteza a citar, llamar y desafiar a ese duende, sin el que nadie puede trepar por la torre de la perfección, la capacidad de ofrecerse a él y exigirle la forma, es lo que proporciona a la obra de Lorca la inmediatez, la grandiosidad existencial. Todo el talento, todo el saber, toda la cultura personal de nada sirven sin ese duende, que exige, no formas, sino la medula de las formas, y que «no llega si no ve posibilidad de muerte, si no sabe que ha de rondar su casa, si no tiene seguridad de que ha de mecer esas ramas que todos llevamos y que no tienen, que no tendrán consuelo».

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* 21 de abril de 2013
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Con agradecimientos para Julio César Londoño,

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Otros NTC … ENLACES:

19 de agosto de 2013
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Lorca en su agujero (o La vergüenza de España). Por Jotamario Arbeláez . Versión para NTC ... (Agosto 27, 2013)

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VIENE Y COMPLEMENTO DE: 

24 de agosto de 2013

Lorca en su agujero
(o La vergüenza de España)

Por Jotamario Arbeláez

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¡Si muero, dejad el balcón abierto![i]

Con ocasión del reciente aniversario 77 del fusilamiento del poeta granadino por parte de la Guardia Civil Española, el escritor nadaísta nos presenta, con base en una referencia anecdótica y una investigación detallada, su interpretación sobre el significado del crimen.

En 1964 cayó en mis manos uno de los pocos libros de mi biblioteca que no he comprado: las obras completas de Federico García Lorca, empastadas por Aguilar. Delicada edición en papel cebolla (1.864 páginas) y carátula de cuero flexible, en la que por más que uno pasaba las páginas no avanzaba.


Jaime Jaramilo Escobar, X-504

Se la presté al caviloso poeta Jaime Jaramillo Escobar, quien por entonces firmaba como X-504, y si algo llegó a conmoverlo tanto como La muerte en Venecia de Mann, fueronlas Impresiones y paisajes de Federico.
Leyó el tomo de una sentada de varias semanas y, después de revisar la meticulosa cronología del andaluz, anotó con lápiz en la última página:

“Todo este libro y no dicen lo que debieran haber dicho de la muerte de Federico. Sólo dicen: ‘Agosto: Muere’. En este silencio sobre la muerte de Federico está toda la vergüenza de España”. 


Facsímil de la nota escrita en 1960 por el poeta Jaime Jaramillo Escobar en el tomo de Lorca.


Mi edición está fechada: Madrid. 1960. Tiempos en que ninguna editorial podía ni quería pronunciarse en contra del régimen. No he cotejado con ediciones posteriores a la muerte del Caudillo, para ver si son más explícitas.
En Aguilar, donde muchos años después habría de publicar mis Antimemorias, me desempeñaba como vendedor ambulante para seguir los pasos de Gabo, y la tarde del eclipse cuando me liquidaron, el libro se me quedó pegado del maletín.
Pensé devolverme a devolverlo, pero el espíritu de Lorca tuvo el poder de disuadirme. Algún día se me ocurriría decir algo acerca de su asesinato al pie de la que sería su tumba compartida; para más señas, fosa común con tres comunistas, como terminaría descubriéndolo.
Después de leerlo, de reservar para mis proyectos futuros recursos de Poeta en Nueva Yorky de detenerme asombrado en su teatro, a la vez clásico y vanguardista, pero sobre todo en El público, que era la obra más surrealista que había topado, me pasaba horas enteras contemplando desde un rincón del Municipal los ensayos de La casa de Bernarda Alba, cuyo tremendo papel hacía Fanny Mikey. La tiranía de Bernarda con sus hijas prefiguraba lo que sería el régimen de Franco con los españoles por tantos años.
Por mis revoltosos años 60, de su crimen no hablaba nadie, ni los marxistas a quienes no les interesaba la comprobada sodomía del poeta[ii], ni los mariconchis a quienes no les interesaba la presunta aproximación al marxismo de su adalid.
El hecho comprobado –e impune, para mayor vergüenza de España– es que Federico fue mandado asesinar por el esbirro Ramón Ruiz Alonso, después de sacarlo a rastras de la casa del poeta falangista Luis Rosales, donde éste le había ofrecido refugio[iii].   
Pésimas lenguas iberas aseguran que Rosales le gritaba a la guardia civil caminera cuando llegó a allanarlo que Federico no se encontraba escondido en su casa, mientras estiraba la trompa señalando debajo de la cama donde el cantor de Granada se orinaba en los pantalones.[iv] 

Guardia Civil Española con un detenido.

Lo condujeron a la sede del Gobierno Civil al compás de sus bayonetas, lo trasladaron al pueblo de Visnar, lo vendaron, lo ubicaron de espaldas ante una fosa en la cual cayó de culos luego de la ráfaga del pelotón de fusilamiento.
No se sabe cuántos disparos recibió. Los merecía todos. Su verdugo Ruiz Alonso lo acusaba de ser “socialista y agente de Moscú”.
Quien conducía el automóvil, Juan Luis Trescastro, se jactó de haber tomado parte en la ejecución, en un sitio conocido como ‘La pajarera’, donde lo escuchó el concejal Ángel Saldaña:
“Venimos de matar a Federico García Lorca. Yo le metí un tiro en el culo, por maricón” (García Lorca, asesinado: Toda la verdad. José Luis Vila-San-Juan.)
Lo acusaban también de dar informes radiofónicos a Moscú acerca de cómo iba el conflicto civil en España. O sea que lo pasarían por las armas a la vez por rojo y por sonrosado.
Ejecutaron enseguida a los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas, y al maestro Giósciro Galindo, todos atados con las manos a la espalda, por rojos.
Desde entonces reposan en los barrancos de Visnar, donde hay por lo menos un millar de restos de ejecutados en Granada durante la contienda civil.
El sitio se ha constituido en un piadoso parque en memoria de los caídos. Pero los caídos ahora –bien caídos– son sus verdugos. 

Si España tiene una cola qué mostrar, ostensible, así sea expresada como documento de papel en más de 1.800 páginas o de mármol a cambio de La Cibeles, es la de Federico, más de varón varonil que las huevas de los otros poetas en estampía.
Los familiares de los victimados horrendos se habían abstenido de solicitar su exhumación y buscar para ellos tumbas más dignas que un cementerio colectivo.
Pero llegó el momento en que los parientes de los banderilleros y del maestro se decidieron a impetrarla al juez Baltasar Garzón, después de que éste estuvo en Colombia, participando de una de estas patéticas ceremonias de desenterramientos masivos de las víctimas de  asesinos paramilitares.
De paso, saltarían los restos del poeta granadino, de quien sus familiares no han estado de acuerdo en que se remuevan. Por algo será, pues también afirma el historiador Gibson que tienen un vergonzoso “guardado” respecto de la muerte de Federico.

Debieron por lo menos haber exigido esa exhumación los valientes poetas salvados por el exilio[v], cuando volvieron, para enaltecer la memoria del –¿será aceptable?– mártir revolucionario.
O si no por lo menos sus colegas del otro extremo, los
“Faeries de Norteamérica,
Pájaros de La Habana,
Jotos de México,
Sarasas de Cádiz,
Apios de Sevilla,
Cancos de Madrid,
Floras de Alicante,
Adelaidas de Portugal…
abiertos en las plazas con fiebre de abanico o emboscados en yertos paisajes de cicuta”, aquellos que invoca en su Oda a Walt Whitman.
Debe ser que el pudor los cubre, de verificar que el tiro de gracia al más completo poeta de España sí fue precisamente donde lo confesó el carnífice Trescastro.

Lorca merece un digno panteón, que exhiba para eterna memoria la vergüenza de España, la ejecución injusta e irracional de un escritor que se la jugó por la causa del hombre y no de la izquierda, de un español cuya obra se acerca más a la de Shakespeare que la del mismo Cervantes. No importa por dónde le haya entrado el tiro que acabó con su pluma. 
Más vergüenza aún para los homofóbicos y entregados españoles de la época, que vieron con ojos ciegos que lo mataran. Ojos que se tranquilizaron al aparecer en la Cronología de la edición de Aguilar: “1936. Agosto. Muere”.


Lorca esperando el tiro de gracia.





[i]DESPEDIDA. Si muero,  / dejad el balcón abierto. // El niño come naranjas. / (Desde mi balcón lo veo.) // El segador siega el trigo. / (Desde mi balcón lo siento.)  / ¡Si muero, / dejad el balcón abierto!
[ii] Se especula con el tórrido romance que habría sostenido con el excéntrico Dalí, y de la violación interrupta del uno por el otro en las Residencias de Estudiantes.
[iii] En el bachillerato había leído conmocionado esa cuarteta de Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla, prefiguración del suyo: “Y a la mitad del camino, / bajo las ramas de un olmo, / guardia civil caminera / lo llevó codo con codo”. A la fosa común, vergajos. 
[iv] Atiendo la conseja tan solo por el gag picaresco digno de Chaplin, pero al tiempo la desvirtúo pues según mis averiguaciones Rosales, que tenía gran ascendiente entre la Falange, no sólo le dio leal refugio en su casa sino que cuando supo que Ruiz Alonso, en su ausencia, había ingresado a ella y sacado al poeta, lo encaró severamente preguntándole tres veces por qué sin orden escrita ni oral había allanado la residencia de un hombre de la Falange y retirado a su huésped. Éste respondió las tres veces: “Bajo mi única responsabilidad”. Según le confió después José Rosales a Luis Penón, lo que quería Ruiz Alonso no era tanto la cabeza del poeta sino desprestigiar a los Rosales, haciéndolos pasar por eso que ahora se llama “auxiliares del terrorismo”. Datos encontrados en el libro de Ian Gibson El hombre que detuvo a García Lorca.
[v]No hay que demeritar el heroísmo del exilio, o sea el huir para no dejarse aprehender y matar, pero los que se fueron fueron: Rafael Alberti, León Felipe, Juan Rejano, Max Aub, Emilio Prados (que no volvió), María Zambrano, Remedios Varo (tampoco volvió), Ramón Gómez de la Serna, Salvador de Madariaga, Luis Cernuda, Juan Ramón Jiménez. Al respecto, y entre los suyos, Sartre dejó esta frase lapidaria: “Los que regresaron, eran como exiliados entre nosotros”.
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LA VERSIÓN EN EL TIEMPO. com

Federico García Lorca merece un panteón digno



EL TIEMPO .com |


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Se publicó en la edición impresa de EL TIEMPO, Agosto 27, 2013, Página 16 completa




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COMENTARIOS en EL TIEMPO .COM 
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MatiasPeroniHace 5 minutos (Ago, 27, 2013
Excelente... para el recuerdo la anécdota del libro pegado en el maletín. a pesar del tema del entierro del poeta, que a propósito hizo parte de las razones que le costaron la judicatura a Garzón, Si hubo un intento de expiación de culpas respecto al asesinato de Federico. Vale la pena aprovechar la tecnología para ver la película de j.a. Bardem basada en el libro del Hispanista Ian Gibson Lorca Muerte de un Poetahttp://youtu.be/PO4QiJXLV_s

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NTC ... ENLACES:

File:El Tres de Mayo, by Francisco de Goya, from Prado thin black margin.jpg

El tres de mayo de 1808 en Madrid (también conocido como Los fusilamientos en la montaña del Príncipe Pío2 3 o Los fusilamientos del tres de mayo1 ) 
es un cuadro del pintor aragonés Francisco de Goya terminado en 1814 que se conserva en el Museo del Prado (MadridEspaña). 
http://es.wikipedia.org/wiki/El_tres_de_mayo_de_1808_en_Madrid

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Horacio Benavides. Poemas con sabiduría campesina. En El Tiempo, Cali, y en Lecturas El Tiempo. Septiembre 1, 2013

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NTC ... Seguimientos y compilaciones de: 

22 de agosto de 2013

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Horacio Benavides 

Poemas con sabiduría campesina

 En El Tiempo, Cali, y en Lecturas El Tiempo 
Septiembre 1, 2013

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Premio Nacional

Por: LECTURAS.   |

Premio Nacional de Literatura en poesía del Ministerio De Cultura.

Los jurados Rómulo Bustos, Ramón Cote y Piedad Bonet otorgaron el Premio Nacional de Literatura en poesía del Ministerio De Cultura a ‘La serena hierba’, del escritor caucano Horacio Benavides. Antología breve.
EL GATO
El gato que duerme es otro gato porque a las once es sólo sombra. El que a las tres de la mañana cae como sombrero lento es porque ya no ondula en el agua en el desierto. El que a las seis busca la leche es porque guardó su oscuro sobretodo.
EL RELOJ
El reloj es un pájaro disecado vivo. Un pájaro que picotea y picotea el tiempo sin romperlo. El reloj es un dios caído y torturado.
EL CERDO
El cerdo entra en el poema como una ofensa pero nadie sabe que el cerdo también reza. Al final del verano cuando las golondrinas arrastran el paracaídas de la lluvia el cerdo se sale de sí: da vueltas salta grita aplaude al universo.
ALGUIEN EN OTRO LUGAR
Amor que pasas sin dolerme piedra vuelta nube. En algún lugar te estará esperando un muchacho parado bajo la lluvia. Hablará solo se quemará la boca. Y no habrá para él un trago suficientemente amargo.
DICES LO QUE NO DICES
Déjame oírte cuando no me dices nada. Tu boca canta lo que calla. Tu cuerpo desnudo narra lo invisible. Déjame tocarte
sin tocarte.
EL AMOR QUE NOS REDIME
Días de soledad..........................
y he aquí que se.........................
aproxima el amor..........................
con sus ojos de fuego.................
El amor y su sombra:....................
Sansón ciego..............................
débil como un niño de................
brazos.........................................
Estamos a tiempo......................
aplastemos su cabeza...............
No importa que con su cabeza
se vaya la nuestra....................


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El hombre de las pocas palabras. Entrevista a Horacio Benavides. Por Lucy Lorena Libreros. GACETA, El País, Cali, impresa, Septiembre 8, 2013

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NTC ... SEGUIMIENTOS y ACTUALIZACIONES a Septiembre 9, 2013 

Viene de: 
Sobre Horacio Benavides, sus obras y el Premio. NTC ... Compilaciones
http://ntcpoesia.blogspot.com/2013_09_02_archive.html
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El hombre de las pocas palabras

Entrevista a Horacio Benavides 
Por Lucy Lorena Libreros 

El enigma del silencio
Texto de José Zuleta Ortiz sobre el Poeta

GACETA, El País, Cali, impresa e impresa en la red 
Septiembre 8, 2013 
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GACETA, El País, Cali, impresa en la red 
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X-504 Y SU ENTERRADOR: JAIME JARAMILLO ESCOBAR. Por Juan Manuel Roca. Revista La OTRA (México), No. 20, Julio - Septiembre 2013

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X-504 Y SU ENTERRADOR: JAIME JARAMILLO ESCOBAR

Por  Juan Manuel Roca ( 1 )

Páginas 46 a 50

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Todos los números de la REVISTA en línea: 
http://www.laotrarevista.com/la-otra-revista-impresa-en-linea/

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En el CONTENIDO de la Revista No. 20
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TEXTO MÁS ADELANTE. 
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X-504 Y SU ENTERRADOR: JAIME JARAMILLO ESCOBAR
(Pueblo Rico, Antioquia, 1932)

Juan Manuel Roca


NTC ... agradece al autor el aporte de la información y del texto
 y la autorización para publicarlo.

Sin lugar a duda, el libro del poeta nadaísta que más aprecio y al que debo grandes momentos de lectura y entusiasmo, es “Los poemas de la ofensa”, que X-504 publicó en 1968 y que leí en 1970 en una pequeña casa que tuvo el poeta Óscar Hernández en Necoclí, en la vereda Cañaflechal.

Sin duda fue un buen lugar para abrir ese libro y sentir que estaba escrito en el mismo clima solar y frutal, febril y húmedo: su libro se hizo parte del entorno en el que lo leí una y más veces, ola tras ola y viento tras viento.

Decir que X-504 es el más notable de los poetas nadaístas y decir al mismo tiempo que ese libro es el más relevante del poeta antioqueño, es reforzar, aunque no sea necesario, lo que es casi una cerrera unanimidad entre los poetas y lectores de poesía en el país.

Creo que al momento de su aparición difícilmente había otro libro en América Latina de tan alto rango estético, de sus amplias calidades y registros.

No se parece a nada ni a nadie, así haya influencias detectables, algunas filias que en su caso son variadas y rigurosas: Blake y Whitman, entre otras.

“Los poemas de la ofensa” había obtenido el “Primer premio de poesía nadaísta” en 1967 y con ese volumen inquietante y nuevo en estos territorios le da una vuelta de tuerca a la poesía colombiana, incluida en esto la de sus propios compañeros de grupo.

Si “el sueño de la razón produce monstruos”, según lo afirmado por Goya, este libro un tanto goyesco desenmascara pronto de manera racional el delirio, el insomnio, las riesgosas zonas de peligro en las que se mueve.

Hay en su poesía una cierta entonación bíblica aledaña a la de Walt Whitman pero sin su tono de predicador, aunque conserva esa mezcla de monje y de sátiro, de cuáquero y vagabundo.

Si en Álvaro Mutis y en Héctor Rojas Herazo hay cierta enunciación fastuosa y a veces severa y ritual del hombre, en X-504 hay un ingrediente nuevo, la ironía: “El cuerpo se avolcana, se incendia, impone hermosura, y no queremos ser sólo cuerpo; pero yo aconsejo: hazte amigo del sepulturero” (“El cuerpo”).

Ese tema, el del cuerpo como asilo, como campo de rehenes, se da en varios poemas suyos de “Los poemas de la ofensa”. Pero son muchos los poetas que dialogan desde sus libros, como otros lo hacen desde sus ventanas.

De tal manera, hay una especie de conversación entre un poema de X-504, “Aviso a los moribundos” y “Responso por la muerte de un burócrata” de Héctor Rojas Herazo. Son dos poemas siameses que, en el caso del nadaísta está teñido de una ironía realmente hiriente y eficaz.

Sus poemas son también relatos. Un acento rebelde, el mismo que se ve fortalecido cuando los dioses paganos penetran el culto de los dioses vencedores, lo convierten en esta primera fase de su obra en una especie de monje sin religión o, mejor, en un sacerdote de una iglesia sin feligreses, como a veces lo es la poesía en el mundo contemporáneo.

“Los poemas de la ofensa” tienen varios registros dentro de una voz nítida, absolutamente reconocible en el coro de sus compañeros de aventura poética. “Mamá negra”, por ejemplo, es un poema que vuelve la mirada a una mujer del Chocó de abuela africana. La bella descripción de esta mujer natural y a la vez enigmática, le sirve al poeta para definir una forma de andar por el mundo: “de ella no se puede hablar sin conservar el ritmo”.

Pero también, en casi todos sus poemas estamos ante la inminencia de un peligro, como si el hombre, que es lobo hambriento para el hombre, viviera siempre al borde del abismo y en el reino del acoso.

Hay como una especie de correlato del miedo, en algo que nos remite a las viejas historias de la violencia escuchadas o vividas en la infancia: “cuando un desconocido se encuentra con otro desconocido, o lo mata o le pregunta algo”. (Proverbios de los charlatanes”).

Es como si el hombre en su caída, en su perdida angelidad se supiera “hijo de Eva y la serpiente”.

X-504, quizá más que Jaime Jaramillo Escobar, es decir, más que el poeta de otros libros posteriores como “Sombrero de ahogado” o “Poemas de tierra caliente”, en los que asume el papel de culebrero o de vendedor de específicos de manera consciente, parece recordar a cada tanto que no existe paraíso  en el que no haya serpiente, pero también que el despojo y la desnudez nos redimen: “Podemos hacer siempre el paraíso alrededor de nosotros donde quiera que nos encontremos. Para eso solo se requiere estar desnudos”.

Hay un litigio, un forcejeo entre el hombre y su sombra y una feroz desacralización del quehacer inútil del poeta, alguien que por momentos se siente haciendo agujeros en el agua, una auto-ofensa desde la ironía: “el fabricante de rosquillas puede al menos comérselas, pero el que sólo sabe hacer poemas, ¿qué comerá?”

Es una buena pregunta retórica que ya encierra en sí misma una respuesta. Quizá tenga que comer lo mismo que anuncia aquel legendario coronel que no tiene quien le escriba, en el final dolorosamente apoteósico de una gran novela de Gabriel García Márquez.

La visión del mundo que tiene X-504 en “Los poemas de la ofensa”, un poeta que no es que tenga muy buena opinión de la humanidad, es la del hombre aterrado de sí mismo, de quien siente su extrañamiento, del que se sabe huésped de paso en su cuerpo.

Jaime Jaramillo eligió su seudónimo, que parece una licencia de avioneta, como si X-504 invitara a sus exequias, para señalar con la letra X a una suerte de nadie, de un hombre cualquiera. 504 son, ha dicho alguna vez, los tres dígitos con los que se inicia su cédula de identidad. Como Bartleby, el personaje de Melville o como Wakefield, el personaje de Hawthorne, el poeta buscó su ningunidad, su enmascarado anonimato.

Su amigo de siempre, Gonzalo Arango, le auguró cuando volvió a firmar con su nombre de pila, que le sería “difícil deshacerse del fantasma que ocultaba su verdadera realidad, tan real que es otro misterio”.

Creo que se equivocó a medias el llamado profeta del nadaísmo, el poeta solo duplicó su misterio en el diálogo entre el que fue y el que ahora es, como reincidiendo en su condición de demonio y de ángel a un mismo tiempo, en una doble biografía personal que le permite ser uno y otro, alternadamente, como quien visita un espejo fragmentado o pastorea a su otro.

Esa dualidad que hay en X-504 (o Jaime Jaramillo), también se da en el carácter y hasta en el aire mismo del poeta. Nadie en un comienzo imagina que escondido en ese aspecto de funcionario, de cochero de pompas fúnebres o de notario, habite un poeta tan temible y feroz.

Resulta innegable la importancia de “Los poemas de la ofensa” en el ámbito latinoamericano. Sus versos irónicos, que son como la araña que cae en la sopa de uno de sus poemas -en compañía de la veta ironista de Jotamario Arbeláez-, me parece que es el mayor aporte del nadaísmo.

He aquí un poema emblemático de Jaime Jaramillo Escobar o, mejor, de cuando se dio unas vacaciones mentales para volverse el amanuense de X-504.

COMENTARIO DE LA MUERTE

Os preocupáis demasiado de que vuestra  casa esté limpia,
y de que vuestros negocios estén sucios.
Lo importante es mantenerse ocupado todo el día,
porque no sabéis qué hacer con el tiempo libre.
Y por eso vivís inventando cosas permanentemente.
Pero yo os digo:
Hay que hacer esta noche una fiesta privada en casa de
            cada cual,
porque hoy es víspera de la muerte.
Apuráos.

Jaime Jaramillo Escobar en sus propias palabras:

El secreto de mi estilo está en que escribo siempre desnudo.
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“POETAS FRENTE AL MAR”. Encuentro II. Buenaventura, 12 de septiembre, 2013. / NTC ... Registros

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“POETAS FRENTE AL MAR”
Encuentro II 

Auditorio "César Alberto Sarria" *, Universidad del Valle Sede Pacífico
Buenaventura,  12 de septiembre, 2013 

NTC ... Registros ...  
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Universidad del Valle Sede Pacífico y II Encuentro de “Poetas frente al mar”
La Universidad del Valle Sede Pacífico se vinculó al II Encuentro de “Poetas frente al mar” que dirige la Fundación Pueblos. En este sentido, convocó en el Auditorio ‘César Alberto Sarria’ un Conversatorio con los poetas invitados. En el Conversatorio estuvieron presentes los poetas: Jefferson Perea, Omar Ortiz, Alfredo Vanín, Medardo Arias, Elcina Valencia y José Zuleta.
Bajo la presentación del escritor y Director de la Sede Pacífico, Fabio Martínez el Conversatorio giró alrededor del papel de la poesía en la sociedad, las influencias literarias y la poesía y la juventud.
El Auditorio ‘César Alberto Sarria’ se llenó con estudiantes de las diferentes carreras académicas del alma máter.
Al final, hubo una sesión de preguntas para el Auditorio, donde salieron al estrado varios poetas espontáneos.
 Boletín de la Universidad del Valle. Sede Pacífico. Sept. 13, 2013
Fotografías: Cortesía de la Sede Pacífico de la UV. 
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Jefferson Perea, Ómar Ortiz, Alfredo Vanín, Elcina Valencia, Medardo Arias, José Zuleta y Fabio Martínez
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Jefferson Perea, Ómar Ortiz, Alfredo Vanín, Elcina Valencia, Medardo Arias, José Zuleta, Fabio Martínez y ... ...
Fotografías: Cortesía de la Sede Pacífico de la UV. 
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Jefferson Perea, Ómar Ortiz, Alfredo Vanín, Elcina Valencia, Medardo Arias, José Zuleta, Fabio Martínez y ... ...
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Auditorio "César Alberto Sarria" *, Universidad del Valle Sede Pacífico.
Pintor, Maestro entre maestros, de los Acuarelistas de San Cipriano. Su obra con la que se hizo conocido no sólo a nivel nacional, sino internacionalmente, es el famoso mural del CAM **, en Buenaventura, pintura que se hizo ya emblemática de la ciudad y que sintetiza su historia hasta 1990, año en que con su liderazgo fue plasmada en compañía de sus Acuarelistas de San Cipriano. **  http://www.youtube.com/watch?v=4X-DU-ouBOM
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ANUNCIO e INVITACIÓN en:


*** 12 de septiembre, 2013, Buenaventura,  3:00 PM y 7:00 PM. 
..Imágenes integradas 1 .
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--- ENCUENTRO “POETAS FRENTE AL MAR”, Versión II.  Poetas invitados:  RESIDENTES: Elcina Valencia Córdoba, Mary Grueso Romero y Jefferson Perea Madrid. NACIONALES: Rómulo Bustos Aguirre,  Ómar Ortiz ForeroJosé Zuleta Ortiz ( La mirada del huésped ), Medardo Arias Satizábal y Alfredo Vanín El pez en agonía )PROGRAMA: Conversatorio con los poetas : Modera: el Director de la Sede Pacífico UV, profesor: Fabio Martínez. Lugar: Auditorio "César Alberto Sarria" *, Universidad del Valle Sede Pacífico.  Hora: 3:00 p.m. / Recital y presentación de libros, con todos los poetas invitados:  Lugar: Terraza del Hotel Tequendama Inn Estación – Buenaventura. Hora: 7:00 p.m. // Organiza Fundación Pueblos con el apoyo del Ministerio de Cultura, Gerencia  Cultural del Banco de la República  Buenaventura y Universidad del  Valle Sede Pacífico. Boletín y detalles: https://docs.google.com/file/d/0B-ABjQmYGMXbQWhxQjZNd2QxTUE/edit  // * Pintor, Maestro entre maestros, de los Acuarelistas de San Cipriano. Su obra con la que se hizo conocido no sólo a nivel nacional, sino internacionalmente, es el famoso mural del CAM **, en Buenaventura, pintura que se hizo ya emblemática de la ciudad y que sintetiza su historia hasta 1990, año en que con su liderazgo fue plasmada en compañía de sus Acuarelistas de San Cipriano. **  http://www.youtube.com/watch?v=4X-DU-ouBOM
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"Primer Concurso de Haiku, Ciudad de Medellín, 2013". GANADORES

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"Primer Concurso de Haiku, Ciudad de Medellín, 2013"
En el marco de la "7 Conferencia de la Asociación Mundial de Haiku en Medellín"
13  al 16 de Septiembre, 2013
GANADORES
.Imágenes integradas 1.

La mejor colección (libro) de Haikus:
RáfagasSusana Benet (Colibrí) de España

Primera mención 
“Haiku del que yace muerto”, Humberto Jarrín Ballesteros * (Haijin) de Colombia

Trabajos (libros) destacados, de  Colombia:
“Cañamelares” firmada por Hosomishi, correspondiente a Fernando López Rodríguez de Colombia.
 “Un te amo en la pared” firmada por Hāto no Kuīn, correspondiente a Victoria Eugenia Gómez Mina de Colombia.
“Pequeñas iluminaciones” firmada por Poeta Zen, correspondiente a Claudia Cecilia Trujillo Barrera de Colombia.
“Kigo verde” firmada por Pretexto 26, correspondiente a Álvaro Lopera D. de  Colombia.
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Primer premio al mejor haiku individual:
Fue elegido de la obra “La desasida (Déjalas así)”, firmada por Peregrino, cuyo autor es Raúl Ortiz Betancur de Colombia.
Ese cántaro
tan lleno de vacío
como la noche
 .
Por su alta calidad los jurados seleccionaron otros Haikus que aparecerán publicados en el libro antológico. Los de Colombia
Poeta Zen, Claudia Cecilia Trujillo Barrera (Colombia)
Cefeida, María Cecilia Muñoz Galeano (Colombia)
Séptima Paloma, Ana Catalina Velilla Moreno (Colombia)
Emigdio Marmato, Jorge Iván García Arbeláez (Colombia)
Hosomishi, Fernando López Rodríguez (Colombia)
Akira, Clara Schoenborn (Colombia)
Hāto no Kuīn,Victoria Eugenia Gómez Mina (Colombia)
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Tomado de: Acta de premiación
del Primer concurso de haiku, ciudad de Medellín, 2013
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* Escritor caleño gana Premio mundial en Literatura

En el marco de la Fiesta del Libro de Medellín 2013, se celebró The 7° World Haiku Association Conference, evento que convocó  al Primer Concurso Internacional  de Haiku “Ciudad de Medellín en lengua española 2013”. En este certamen, en el que participaron 50 poetas de varios países del mundo, entre ellos  Checoslovaquia, Rumania, Inglaterra, Uruguay, España, México, Colombia, Perú, Venezuela, el poeta Humberto Jarrín B. obtuvo el Segundo Lugar por su libro “Haiku del que yace muerto”del que el Jurado dijo: “Destacamos su unidad, la concisión y exactitud de su estilo poético, su imaginería macabra y sobre todo su ironía y humor negro que recuerda de alguna manera, aquella frase –del maestro zen Deshimaru – que dice que para practicar el Zen hay que meterse primero en el propio ataúd”.

En lo que va corrido de este año de 2013, el profesor de la Universidad Autónoma de Occidente y escritor caleño ha obtenido ya tres premios literarios, uno nacional y dos internacionales. El primero corresponde al Premio Nacional de Literatura en el VIII Concurso Nacional de Cuento de la UIS con su libro de cuentos “Epifanías transitorias”. El segundo, también con el Primer Lugar, en el  Concurso Internacional, Nacional y Regional de Cuento Breve “La Amazonía cuenta”. Y ahora un Segundo Lugar en el certamen mundial ya referido, en el que además el escritor Jarrín participó como ponente y en el que tuvo ocasión de presentar su libro “El rumor de los seres”http://fdpv.blogspot.com/2013/02/el-rumor-de-los-seres-humberto-jarrin-b.htmlrecientemente publicado, ante el público colombiano y poetas de Lituania, Estados Unidos y  Japón. 
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NTC ... NOTAS y COMPLEMENTACIONES: 

La ceremonia de entrega de Premios se celebró en día Domingo (15 de Sept. 2013)  en la Biblioteca Belén (diseñada con aire japonés) de Medellín, al cierre de  The 7° World Haiku Association Conference llevada a cabo en el marco de la Fiesta del libro que se celebra todavía a esta hora en Medellín.

El Jurado estuvo conformado por los poetas  Marga López, Raúl Henao, Umberto Senegal y fue entregado por Ban'ya Natsuishi director de la WHA (World Haiku Association), considerado el Basho contemporáneo.

Buena participación de público.

El libro “Haiku del que yace muerto”, a través de una serie de haikus distribuidos en tres momentos (casi como un gran haiku hecho de haikus), relata las sensaciones de un hombre que en principio no cree que está muerto, luego las evidencias le van demostrando que sí, hasta que termina aceptando su nueva situación. Es, entonces, un collar de haikus cuyos sentidos están amarrados a un hilo narrativo. Es un excelente experimento pues se está haciendo un texto narrativo con poemas que en una relación de dependencia/independencia ofrece una visión sobre ese gran misterio que al humano aqueja: la propia muerte.

He aquí una breve muestra de cada uno de los tres momentos aludidos:

I El descenso

La primera noche
crees que estás acostado
en la pradera.

II El consentimiento

 Oigo una avalancha:
partes de mí que en algún lado
se desmoronan.
  
III La reinvindicación

 La niña de al lado
solloza, aún cree
que hay un equívoco.

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Hoy. Juan Gelman. Poemario. Editorial Planeta 2013. Presentación del libro. Por Claudia Mantilla Durán y Carolina Urbano

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 Hoy 

Juan Gelman 
(Buenos Aires, 3 de mayo de 1930 , 1 )
Poemario

Editorial Planeta, Mayo de  2013 

Presentación del libro 
Buenos Aires, Agosto 26, 2013

Por Claudia Patricia Mantilla y Carolina Urbano

NTC ... agradece los aportes a las escritoras y la autorización para publicarlos.

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Fotografías: Claudia Patricia Mantilla Durán

HOY,
La conciencia alerta del poeta.
Por:   Claudia Patricia Mantilla Durán ( 1 ) *
A sus 83 años, con la expresión serena de quien conoce la realidad y ha tenido el coraje de interrogarla, Juan Gelman,  el poeta vivo más importante de Argentina,  acudió a la Sala Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires para compartir una lectura en torno a su último libro, titulado:    “Hoy”.  
(…) La tierra pule huesos que el tiempo roba sin retorno, dice el  poeta y el auditorio queda en silencio sintiendo el poder de una palabra que cava en la memoria para estremecer el presente.  En palabras de Gelman, el origen de este libro está en “la pérdida de su hijo Marcelo, la condena de los asesinos y el abismo insondable del mal en el mundo de hoy”.
¿Cuánta sangre cuesta/ ir de saber a la contradicción /del olvido al horror/ de la injusticia a la justicia? ¿Hay que tocar los altares ardientes/ evitar la vergüenza/ la falta que preocupaba a Teognis/ interrupción del día? El deseo del lazo se convierte en el lazo que el asesino ajusta.  Desvío sin límite ni fondo ni  virtud.  La mismidad es un espejo roto en tercera persona y oigo tu mano dibujando un pájaro azul.
Una poesía que refleja las obsesiones del escritor debatiéndose entre fuerzas contrarias, como bien lo señala el poeta Jorge Boccanera:    “poesía que pendula entre la unidad y el desmembramiento, inocencia y degradación, belleza y espanto, memoria y omisión, las esperanzas y los infortunios”.    Las tensiones propias de una conciencia iluminada que sabe que la poesía tiene mucho de innombrable yronda el sendero de lo imposible, sin perder por ello la capacidad de advertir la fragilidad del mundo:
Llegan los ruidos de la muerte cotidiana/ México/Irak/
Pakistán/ Afganistán/Yemen/Somalia.  Me miro sin explicaciones/ soy el asesino y el asesinado.  Adiós, candor, los restos de la infancia están pálidos/
no hay que darles de comer.  La belleza de un pájaro dormido me trae agonías y ruego al pájaro que duerma.  Sin árboles de hermosura corpórea, sin largos días de mayo.

“Hoy”, algo más que una serie de poemas en prosa, un libro que es una urgencia, porque (…) estamos huérfanos de cartas que no se pueden enviar.
.................
Periodista y poeta ( 1 ) . Buenos Aires (Argentina), Septiembre 12, 2013. En la actualidad la autora realiza estudios de Doctorado en Literatura en Buenos Aires. Generosa corresponsal, ad honorem,  de NTC ... en Argentina. 
...
NTC ... Nota: Fragmento de este texto se publicó en  Varguardia.com, Bucaramanga: 

La conciencia alerta del poeta
Por CLAUDIA PATRICIA MANTILLA
Sábado 14 de Septiembre de 2013 - 12:01 AM

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HOY
Por Carolina Urbano  ( 1 )*
CAROLINA-URBANO
El 26 de agosto,  la Biblioteca Nacional Jorge Luis Borges de Buenos Aires, hizo el lanzamiento de “Hoy” el último libro de Juan Gelman, el poeta vivo más importante de Argentina. La presentación del libro estuvo a cargo del poeta Jorge Boccanera y Daniel Freidemberg,  luego, tuvimos el privilegio de escuchar el recital del autor de “Cólera Buey”, “Fábulas”, “La junta luz” o “Dibaxu”, por mencionar algunos  libros de su prolífica lista de publicaciones. Y no es para menos, como un ser que ha sido palabra pero también acto, ha tenido  mucho que contar, tiene mucho que contar. Así lo expresa su cuerpo, su caminar pausado subiendo al auditorio, a sus 83 años y con un rostro noble pero también fuerte, porque tiene la claridad de quien ha escrutado la vida, la ha enfrentado, y desde su escéptico estado en el que fabula la realidad, simplemente la toma como una aproximación, como una constante posibilidad de ser.
Quizás esa falta de certeza, esa ambigüedad sin límites le permitió explorar muchas facetas de la poesía: la de los juegos de palabras, la del filósofo que indaga, la del hombre político que se duele de su pueblo y de su época, la del hombre  que no encuentra mejor comunicación  con los otros que a través del poema, por lo que, además,  hay en su obra gran cantidad de homenajes, dedicaciones com /posiciones, que finalmente son diálogos con sus seres más cercanos, reales o literarios. Todas estas exploraciones poéticas que son recurrentes incluso en “Hoy”, configuran su estilo, sí; una poética, sí, pero esta vez están atadas a un título que me inquieta, ¿por qué “Hoy”? Se me ocurre que desde ese escepticismo que lo habita, desde la conciencia de la finitud de todo lo que existe “Hoy” es la representación de la verdad del aquí y del ahora, de la inmediatez, aunque también de lo evidente y de lo inexplicable. No en vano el  poema que aparece al final del libro:“¿Y si la poesía fuera un olvido del perro que te mordió la sangre/ una delicia falsa/una fuga en mí mayor/un invento de lo que nunca se podrá decir? ¿Y si fuera la negación de la calle/la bosta de un caballo/ el suicidio de los ojos agudos? ¿Y si fuera lo que es en cualquier parte y nunca avisa? ¿Y si fuera?”.
Su poesía sigue siendo un conjunto de feroces aforismos inmersos en versos que los sitúan en un lugar, que les pone rostros y muchas veces un nombre, a veces doloroso, como aquellos dedicados explícita e implícitamente a Marcelo, los cuales nos dejan la terrible sensación de aquellas instancias de la vida en que hasta el aquí y el ahora, por más fugaz y cierto que sea, resulta insoportable.

Buenos Aires (Argentina), Septiembre 14, 2013
.... 
NTC ... Nota: Este texto se publicó en EL TABLOIDE (Tuluá), en la columna de la autora ( 1 ) , filósofa y poeta, quien en la actualidad realiza estudios de Doctorado en Literatura en Buenos Aires. Generosa corresponsal, ad honorem,  de NTC ... en Argentina. 

Hoy 
Por Carolina Urbano.
16 Septiembre 2013 00:00
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NTC ... ENLACES 
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VIDEO de parte de la Presentación (TV Pública Argentina, http://www.tvpublica.com.ar/  ) 


http://www.youtube.com/watch?v=xy5MrovkDOk
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En el Auditorio Jorge Luis Borges
de la Biblioteca Nacional, Buenos Aires
NTC ... tomas del video 


Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas en una nueva ventana.
Luego click sobre la imagen para mayor ampliación
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*** Juan Gelman cautivó a su público con versos nuevos y con clásicos
POR JULIETA ROFFO. Clarín, B. A.  
El poeta leyó ante 200 personas, el lunes en la Biblioteca Nacional.
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 Publica y difunde NTC … Nos Topamos Con 
http://ntcblog.blogspot.com ntcgra@gmail.com . Cali, Colombia
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Por estos días de Septiembre de 1492 
 venían a mitad de camino las
TRES CARABELAS ...
La Pinta, la Niña y La Santa María ...
http://es.wikipedia.org/wiki/Crist%C3%B3bal_Col%C3%B3n



Álvaro Mutis, su voz. Poesía y Prosa. Colección Literaria HJCK. CD. 1999.

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VIENE y COMPLEMENTO DE: 
ÁLVARO MUTIS , 
http://ntc-narrativa.blogspot.com/2013_08_25_archive.html
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La voz de Álvaro Mutis
 Colección Literaria HJCK 
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CD. 1999
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La Voz de Alvaro Mutis

POESÍA. Audios

2.- La oración de Maqroll 
 2:12 min
http://www.goear.com/listen/25a3436/la-oracion-maqroll-poema-alvaro-mutis
-----9.- Exilio 
 2:29 min
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14.- Amén
0:34 min
http://www.goear.com/listen/c62267c/amen-poema-alvaro-mutis


Otros próximamente. 
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TEXTO EN EL FOLLETO 
QUE ACOMPAÑA EL CD

Nota Biográfica

Nació en Bogotá el 25 de agosto de 1923.

Estudió los primeros años en Bruselas y posteriormente en el Colegio Mayor del Rosario 

donde el poeta colombiano Eduardo Carranza dictaba la cátedra de literatura "A 

Carranza debo la primera y más seria orientación en la poesía y ese entusiasmo 

inagotable y limpio que siempre tuvo para hablarnos de la palabra y el poema"·, dice Mutis. 

Ha publicado "La Balanza", en colaboración con Carlos Patiño (Bogotá, 1947), "Los 

Elementos del Desastre" (Buenos Aires, Editorial Losada, 1952), "Reseña de los 

Hospitales de Ultramar" (1959), "El diario de Lecumberri" (México, 1960), "Los Trabajos 

Perdidos" (México, 1965), "La Mansión de Araucaima" (1973), "Caravansary" (1982), 

"Los Emisarios" (1984), "Crónica Regia" (1985), "La Nieve del Almirante" (1986), "lIona 

llega con la lluvia" (1987), "La Ultima Escala del Tramp Steamer" (1989), "Un Bel Morir" 

(1989), "Amirbar" (1990), "Abdul Bashur,Soñador de Navios" (1990), "Tríptico de Mar y 

Tierra" (1995) "El Ultimo Rostro" (1997) y "De Lecturas y algo del Mundo" (1999).



El reconocimiento a la obra de Alvaro Mutis empezó en 1974, con el Premio Nacional de 

Letras de Colombia; en 1983 recibió el Premio Nacional de Poesia; en México ganó en 

1985 el Premio de la Crítica de Los Abriles, por su libro "Los emisarios"; en 1988 la 

Universidad del Valle le concedió el grado de doctor Honoris Causa en Letras, y lo mismo 

hizo la Universidad de Antioquia en 1993; en 1988 recibió el Premio Xavier Villaurrutia y 

fue condecorado con el Aguil~ Azteca por su libro "lIona llega con la lluvia"; en 1989 ganó 

en Francia el Premio Médicis Etrangercon "La Nieve del Almirante", considerado el mejor 

libro traducido al francés ese año, y recibió la Orden de las Artes y las Letras en el grado 

de Caballero del gobierno de ese país; en 1990 le otorgaron en Italia el Premio Nonino y el 

Premio Literario Lila. En 1993, como parte de la semana de homenaje al escritor con 

motivo de sus 70 años de vida, el gobierno colombiano le concedió la Cruz de Boyacá. En 

1995 el gobierno español le concedió la Orden de Alfonso X El Sabio y en 1997 el Premio 

Reina Sofia. Ese mismo año obtuvo el Premio Príncipe de Asturias.



La importancia y el interés-que despierta la obra de Mutis en el exterior se observa 

también en las traducciones de su obra al sueco, al alemán, al holandés, al portugués, al 

rumano, al inglés, al italiano, al francés y hasta al turco.



Alvaro Mutis vive en México desde 1956.

" .. .Debo todo en mi orientación literaria a Eduardo Carranza, Casimiro Eiger, Aurelio 

Arturo, Fernando Charry Lara, cada uno en su tiempo y en su estilo personal de ser y de 

sentir las letras ... , Mis lecturas preferidas y definitivas son Proust, Conrad, la historia de 

Bizancio ... " agrega Mutis en un apunte autobiográfico. 
.
.
Conceptos sobre la obra de Alvaro Mutis

"Será una imprudencia o una temeridad, tratar de garantizar, sobre las calidades de la
Poesía creada por Mutis para su nuevo libro, que él es uno de los pocos, de los escasos
poetas auténticos
y originales que aparecen ahora en latinoamérica? .. La poesía de
Mutis
es hija de su tiempo poético, ciertamente, pero gracias a las exigencias que se
impuso al crearla y por el resultado obtenido, surge como una poesía verdadera, de voz
original e inconfundible en lo contemporáneo
y lo nuevo del idioma español. "

HERNANDO TELLEZ


"Mutis ha tenido acaso la certeza de que no existe poema, por inmediato a lo real que sea,
sino en lo arbitrario de la imaginación. De ahí que
se empeñe en rechazar aquello que los
prejuicios de la tradición sentimental juzgan como enteramente prooio, exclusivo
y
forzoso para la poesía. Con materiales que la inteligencia en acecho ha recogido de un
universo alucinado, la poesía de Alvaro Mutis no cede
a expresarse con fórmulas
impuestas por la comodidad
y la costumbre. Una sorpresa de fiebre lúcida invade en ella,
sucesivamente, al lector ... Existe en Mutis una rara condición verbal. En los poemas de
"Los Trabajos Perdidos", hasta hoy la más intensa estación de su poesía, se reconoce un
trabajo secreto por descubrir la esencial función delatora del lenguaje.
A veces sombría,
otras relampagueante, directa en la intención
y abriéndose paso hacia adentro, el habla
obedece, punzante,
a la urgencia de esclarecimiento del mundo amargo y fantástico que
obsesiona
a este poeta."

FERNANDO CHARRY LARA


"Habría que hablar del estilo de Mutis, su insensible pasar de lo particular a lo general, el
empleo de un lenguaje no convencional, nutrido en algunos modernos (Conrad
y Saint-
John Perse), lenguaje revelador de una conciencia lúcida ante sus propias
desgarraduras. Un estilo que parece tocarlo todo desde una especie de lejanía, pero que
de una manera poco notoria ha llegado al nudo de lo que dice.
Y señalar ese gusto por la
descripción de objetos (anzuelos, un pañuelo ensangrentado, los miserables
desperdicios guardados como tesoros por un avaro de la cárcel) que lo emparentan con
lo mejor del surrealismo. "

JOSE DE LA COLINA

-
"Hace algunos años leí el primer libro de este joven poeta: "Los Elementos del Desastre ".
Aquel delgado volumen
me impresionó. Por encima de las influencias y de los ecos ... no
era difícil reconocer la voz de un verdadero poeta.
Y agrego, un poeta de la estirpe más
rara en español: rico sin ostentación
y sin despilfarro. Necesidad de decirlo todo y
conciencia de que nada se dice. Amor por la palabra, desesperación ante la palabra, odio
a la palabra: extremos del poeta. Gusto del lujo y gusto por lo esencial, pasiones
contradictorias pero que no se excluyen
y a las que todo poeta debe sus mejores poemas.
Lujo
y , ya se sabe, "orden y belleza ", es decir economía en la expresión .. " 

OCTAVIO PAZ


"Analizando los libros de Mutis _ los más importantes son sin duda: "Los Elementos del
Desastre", "Reseña de los Hospitales de Ultramar"
y el "Diario de Lecumberri"_ no se
obtiene sino el retrato de su intención poética, nunca el de su intención literaria. La
atracción que él manifiesta porel mundo entero, veda el paisaje que incluímos en su anti-
mundo, ese mundo espeso, poblado de elementos caprichosos que el poeta transfigura,
de ese mundo cerrado muy semejante
a un jardín, pero intencionalmente secreto y
penumbroso. "

LIDIA BESOUCHET


"Mutis es un poeta íntenso, preciso, de límpida entonación, inventor de mundos fastuosos
que son el fruto de un difícil equilibrio entre su voluptuosa verbalidad
y el rigor con que la
gobierna ... Su poesía brota de una ardiente conciencia del permanente exilio que vive el
hombre entre las cosas
y los otros hombres, acosados por la soledad, el derrumbe de lo
que amó, la imposible recuperación del tiempo."

JOSE MIGUEL OVIEDO 
.

"Emparentada con el simbolismo, el universo de Joseph Conrad y las mejores páginas de
Neruda, esta
" Memoria de los hospitales de Ultramar"es buena muestra de la
originalidad
y el talento de Alvaro Mutis. Lejos de la retórica o de las concesiones al gusto
ajeno
y a la moda, confirma el puesto de Mutis en la expresión literaria
hispanoamericana"

JOSE EMILIO PACHECO


"Lo que primero nos sorprende en Mutis es su extréma singularidad. Bien es verdad que
reconocemos
_ y Octavio Paz, en unas lúcidas notas recogidas en el volumen Puertas al
campo, los ha indicado_ sus principales antecedentes: Saint-John Perse, Lautréamont
son quizá los más notorios. También, fuera de los poetas, Joseph Conrad. Más los viejos
libros de viajes
y exploraciones navigatorias, los dietarios mar/timos, las crónicas de
Indias: la aventura
y lo mítico, lo suprarreal hallado en un mundo de fiebre y leyenda. Pero
estas referencias no dan cuenta de la suprema originalidad de Mutis. "

PERE GIMFERRER


"Alvaro Mutis: restauración de la palabra como sabiduría poética. Implantación de la
poesía como sabiduría humana. Desde mis veinte años, cuando
me enfrenté a Los
trabajos perdidos, Mutis
me produjo ese regocijo que difícilmente podía hallar en la
poesía colombiana: dentro de una exuberante artesanía verbal subyacían obsesiones
una
y otra vez revalorizadas: el trópico, la fabulación, el cogito de un hombre escéptico
pero igualmente generoso. La generosidad: es ésta la parte que más
me seduce; en
cuanto lector, en los sucesivos trabajos de Mutis. El horror de Lecumberri es poco ante la
dilatada generosidad del narrador. No está allí la aspereza cínica de Génet (las raíces del
mal conducen, en éste,
a la impiedad) ni la afición a un inventario de calamidades
humanas: hay una grandeza grávida en aquellos "personajes" del relato, una poética de
la marginalidad. "Los elementos del desastre" son, en Mutis, una invocación: antes que
apocalíptica, recuperación del hábitat de la tragedia. "

OSCAR COLLAZOS
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COLECCIÓN LITERARIA

http://www.hjck.com/coleccion.asp




La publicación de las "Colecciones Literarias H.J.C.K.", se inició en 1960 con "El sueño de las Escalinatas" de Jorge Zalamea. Desde esa época la emisora ofrece la voz de nuestros más importantes poetas y de algunos prosistas como Alberto Lleras Camargo, Germán Arciniegas, Hernando Téllez, Eduardo Caballero Calderón y Gabriel García Márquez, entre otros.

Dentro de la serie figuran la primera grabación discográfica realizada por Jorge Luis Borges y el homenaje que Rafael Alberti hizo a Federico García Lorca en el Teatro Colón de Bogotá, en el que intervinieron María Teresa León y Jorge Zalamea.

Desde 1988 en el marco de la Feria Internacional del Libro -Stand 137, Pabellón 6, primer piso- la H.J.C.K. presenta la Colección Literaria y realiza el lanzamiento de nuevos títulos. Este año la novedad es La voz de Piedad Bonnett.
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La Voz de Alvaro Mutis• La Voz de Alvaro Mutis
- "204"

- La Oración de Maqroll.
- El Miedo.
- El Festín de Baltasar.
Nocturno (36 seg - 137 Kb.)
- Morada
- Moirologia.
- Grieta Matinal.- Exilio
- Cita.
- Ciudad.
- Sonata.
- Poemas de Lastimas a La.
- Muerte de MArcel Proust.
- Amén.
- Nocturno.

Nota: Algunos de los poemas de esta publicación son diferentes a los del CD de 1999.
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VALOR: 
Disco Compacto ($25.000.oo)
Casete ($10.000.oo). 
Usted puede adquirir los títulos de la Colección Literaria HJCK en nuestras oficinas, ubicadas en la carrera 14 No. 85-24. Segundo piso.
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05/05/2011 - En este 2011 la Colección Literaria HJCK se complementa con un disco de gran significación para esta Emisora y sus oyentes. Se trata de las ...
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Contra carátula de la caja del CD

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ENLACES



09/23/2013 AUDIO: 72:03 Min
Fragmentos con la voz de Á M 
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Álvaro Mutis en la serie "Palabra Mayor", 1991. Una hora, aprox. 

Publicado el 28/02/2013


DocuTV - La serie "Palabra Mayor" en el que la periodista Margarita Vidal entrevista a Álvaro Mutis. El escritor colombiano habla de su infancia en la hacienda "Coello", de su ilustre antepasado Manuel Mutis, de sus principales influencias literarias (Joseph Conrad, Herman Melville y Marcel Proust), de aspectos importantes de algunas de sus obras ("Los elementos del desastre" y "Diario de Lecumberri". Dedica una especial mención al cuento "La muerte del estratega" y a sus personajes literarios "La Machiche" y "Maqroll, el Gaviero") y de su amistad con Gabriel García Márquez y Alejandro Obregón.


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Desde 


Marco Antonio Campos, México, y Juan Manuel Roca, Colombia, leen sus poemas. Fiesta del Libro y la Cultura, 2013. Video

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Los poetas 
Marco Antonio Campos, México, y Juan Manuel Roca, Colombia,
 leen sus poemas en el Acuario de Medellín,
en el Fiesta del Libro y la Cultura, 2013.


Video: La Otra, revista de Poesía.
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¿Qué es vivir poéticamente? Por Armando Rojas Guardia *. 16-OCT-2013.

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¿Qué es vivir poéticamente?


Por Armando Rojas Guardia *


Texto de conferencia inaugural dictada en el I ENCUENTRO DE LITERATURA Y ARTE VENEZOLANO CONTEMPORÁNEO ** ,   
en  la Universidad Metropolitana *** (UNIMET) el 16-OCT-2013.

La premisa de la que parten las palabras que voy a pronunciar hoy ante ustedes puede formularse de la manera siguiente: escribir poesía en muchos sentidos representa un hecho coyuntural y, hasta cierto punto, accidental; lo de verdad trascendente y crucial es vivir poéticamente.
En efecto, escribir poesía no le es dado a todos los seres humanos: ello depende de determinadas disposiciones psíquicas, de una específica historia individual y, en definitiva, de una circunscrita vocación. En cambio, todo hombre y mujer está llamado, por el solo hecho de serlo, a vivir poéticamente. Recordemos el precioso verso de Holderlin, del cual extrajo Heidegger una imperecedera lección filosófica: “poéticamente habita el hombre sobre la tierra”.
Nadie negará que la palabra poeta constituye, en esta hora civilizatoria y en nuestro contexto nacional, una palabra devaluada.  Vivimos dentro de una sociedad que se quiere a sí misma productivista y económicamente competitiva, regida por la entronización de la mercancía, en medio de la cual la palabra poética no es rentable, no se traduce en dividendos lucrativos, habla desde una esfera cualitativa que no se deja reducir a lo empíricamente cuantitativo y verificable, escapa de los alcances de la mera racionalidad instrumental y técnica. Pero, además, ¿cómo no va a ser marginal el poeta en un país que, pese a contar con una de las tradiciones líricas más importantes de la lengua española, paradójicamente no propicia, como paisaje existencial y cotidiano, estados profundos de conciencia donde se haga posible la experiencia poética?
No obstante, si el hombre y la mujer de esta hora y nacidos en este contexto societario no desean renunciar a las seriedad y la responsabilidad que implica la existencia humana (seriedad y responsabilidad incomprensibles para la cultura de la banalidad y el pasatiempo en la que hoy nos hallamos inmersos); si no optan por trivializar la vida, aunque sea grande la dosis de humor que quepa en ella, se hace indispensable que ellos −ese hombre y esa mujer descubran, o eventualmente recuperen, la noción experiencial de lo que llamo vivir poéticamente, la cual es una categorización antropológica que excede la actividad vocacional de escribir poesía. Noción experiencial que me voy a permitir desglosar, de manera sintética y breve, ante ustedes.
Vivir poéticamente es vivir desde la atención: constituirse en un sólido bloque sensorial, psíquico y espiritual de atención ante toda la dinámica existencial de la propia vida, ante la expresividad del mundo, ante la sinfonía de detalles cotidianos en los que esa expresividad se concreta (ello implica un refinamiento orquestal de la vida de nuestros sentidos y un esfuerzo consciente por aquilatar nuestra percepción de los objetos que pueblan nuestro entorno).
La atención esta orgánicamente entrelazada con el evento físico, psíquico y espiritual de estarconscienteEn una palabra, con el despertar. Una milenaria tradición religiosa identifica el despertar, el hecho de estar despierto, con el arranque mismo de la vida del espíritu. Tanto el budismo como el cristianismo son enfáticos en señalar el estado de vigilia como el símbolo más adecuado de ese momento existencial en el que se inicia, `para el hombre, la aventura de la conciencia. Todo consiste en despertar para siempre de la somnolencia maquinal y gregaria dentro de la cual pernocta la mayoría de los seres humanos. Es sabido que la palabra budasignifica, en sáncristo, precisamente el despierto. Pero también en el evangelio de Marcos, en su capítulo 13, se lee: “¡Atención estén despiertos…!” (Mc 13,33). En el castellano peninsular la taxativa indicación evangélica (Mc, 14,38) ostenta una fuerza inusitada: “Velad”. Despertar y velar  constituyen, pues, tanto en la tradición budista como en la cristiana, el fruto obvio del esfuerzo espiritual por estar atentos al mundo. Porque, en efecto, la atención, como el primer eslabón de la existencia consciente, consiste ante todo en percibir la realidad que nos envuelve y de la que formamos parte en toda su prístina y concretísima verdad, deslastrada de los prejuicios, los estereotipos y clisés instalados en los más inapresables  intersticios de nuestro propio psiquismo, los cuales nos vetan la posibilidad de conectarnos con la carne misma de la realidad, tal como ella resplandece desnudamente desde sí misma ante la atención acrisolada del hombre.
Después de asentada la denominada primera noble verdad,  la de la omnipresencia universal del sufrimiento, el budismo postula la segunda, según la cual ese totalizante sufrimiento tiene como causas la ignorancia, el deseo y el apego. Esta ignorancia no es la de asuntos y cosas trascendentales, sino ante todo la de la realidad del mundo, tal como ella es y que sólo se devela a la percepción atenta.
Sabemos que la modernidad, al instaurar el predominio del valor de cambio sobre el valor de uso, ha convertido la carne concreta del mundo en una verdadera eidosfera donde los objetos pierden entidad, peso específico y consistencia para transformarse en meras mercancías intercambiables. Así, la relación con el cosmos se alambica y artificializa, se vuelve abstracta: nada hay más abstracto que el dinero. Además, el universo mental moderno gira en torno a la autonomía de la conciencia individual y, consecuentemente, a la entronización absolutizada de la autoconciencia. De esta forma dentro de la mentalidad moderna el mundo, lo que he nombrado la carne concreta del mundo se metamorfosea en el escenario cada vez más evanescente, cada vez más evaporado de esa avasalladora autoconciencia. Ni Edipo, ni Antígona, ni Orestes son personajes autoconscientes en el sentido y a la manera estentórea en que lo es, por ejemplo Hamlet. No resulta casual que Hamlet sea junto con El Quijote, El Don Juan y el Fausto, uno de los cuatro mitos básicos del mundo moderno. Esta hipertrofia de la autoconciencia, este exceso de lucidez hipercrítica, a los cuales se sacrifica la rotunda materialidad del universo, y nuestro contacto orgánico con ella, pueden y deben ser superados por aquella atención que nos despierta a la inmediatez de la realidad cósmica: la atención más y más adiestrada por el ejercicio consciente, que le prestamos a la evidencia deslumbrante  de lo que nos rodea y envuelve, más allá de nuestras pantallas mentales afantasmadas por nuestra voluntad patológica de abstracción.
He querido hablarles con mayor detenimiento de esta primera caracterización de lo que entiendo es vivir poéticamente porque todas las demás brotan de ella y sin ella no se comprenden. Nunca insistiremos bastante en el hecho fundamental de que el vivir poético es un vivir atento. Como les dije hablaré seguidamente, y de modo mucho más breve, de las otras notas que para mí distinguen esta manera alternativa de vivir.
Vivir poéticamente es también vivir a la espera  del momento inspirador, del instante denso, del minuto pletórico de vida en el que se rasgan los velos del entendimiento y accedemos a un estado cualitativamente superior de conciencia. El rapto inspirador que los griegos atribuían a la intervención divina de las musas, nos dice el gran helenista Walter Otto, propiciaba ante todoclaridad espiritual. Ellas las musas hacían que el entendimiento permaneciera claro. Esa claridad del entendimiento, producida por el entusiasmo creador, era la primera puerta que franqueaba el canto, la poesía. No hace falta ser un poeta vocacional para conocer y paladear  una súbita clarificación interior a través de la cual miramos al mundo con ojos vírgenes, como si lo viéramos por primera vez. Lo expresa espléndidamente Octavio Paz en El arco y la lira:
A veces, sin causa aparente o como decimos en español: porque sí vemos de verdad lo que nos rodea (…) Todos los días cruzamos la misma calle o el mismo jardín; todas las tardes nuestros ojos tropiezan con el mismo muro rojizo, hecho de ladrillo y tiempo urbano. De pronto, un día cualquiera la calle da a otro mundo, el jardín acaba de nacer, el muro fatigado se cubre de signos. Nunca los habíamos visto y ahora nos asombra que sean así: tanto y tan abrumadoramente reales”.
Estos momentos de epifanía son, por supuesto, gratuitos es la misericordia de la realidad la que nos los otorga pero el vivir poético busca conscientemente merecerlos preparándolos, entrenándose a sí mismo para recibirlos.
Vivir poéticamente es vivir la cotidianidad no como mero tiempo intercambiable y mecánico, sino como mistagogia, es decir como introducción paulatina y autopedagógica en el misterio. A un monje zen le preguntaron un día: “¿Qué es el zen?  A lo cual él respondió: “Cargar la leña y cortar la grama”. El Occidente moderno ha erigido la racionalidad administrativa y burocrática como la única vía de organizar la sociedad. Esa hegemonía de lo burocrático-administrativo, que nadie como Franz Kafka convirtió en imagen simbólica de la condición humana, ha traído  como corolario que la vida cotidiana de nuestras ciudades se transforme en tiempo opaco y sin relieve, sea que lo vivamos de modo utilitario como inversión crematística en forma de horas-hombre laborables, o como diversión pascaliana sumergida muchas veces en el ruido, el ajetreo y el tumulto, en la vocinglería social enemiga del desarrollo interior, de la lenta maduración del alma. La cotidianidad que encara el hecho de vivir poéticamente, siendo mistagógica a la manera en que la vivía Teresa de Lisieux, evoca la del monje zen, quien carga la leña y corta la grama en el umbral permanente de la iluminación.
Vivir poéticamente es cultivar la dimensión simbólica de la conciencia, aprender a adiestrase más y más en una verdadera hermenéutica simbólica de la realidad, para la cual los objetos, las situaciones y los hechos son sacramentos que incesantemente remiten a un orden trascendente (se trata de la sacramentalidad de la realidad creada: los objetos, las situaciones y los hechos, empezando por los más cotidianos, sacramentalizan el orden y la belleza del universo: se vive poéticamente al captarlos de esa manera y encararlos así).
Vivir poéticamente es aprender a vivir estableciendo continuas relaciones analógicas entre los objetos aparentemente más disímiles y entre los más diversos órdenes y planos de la realidad: que el eje de toda la propia actividad psíquica sea esa permanente metaforización (detrás de ésta actúa como postulado ontológico la comprobación, ya postulada, establecida y estudiada por la física cuántica, de que el universo entero es una totalidad orgánica, de que todo está conectado con todo, de que todo interactúa con todo). Para enterarse de cómo funciona en la práctica un activo psiquismo metaforizador conviene leer y releer Las olas, de Virginia Woolf, y la poesía de Eliseo Diego.
Para finalizar, vivir poéticamente es vivir la propia vida como una obra de arte, es un vivir desde lo que clásicamente se denomina el arte de saber vivir. Es un vivir con arte, es vivir-se como el poema existencial y cotidiano que Dios nos posibilita hacer de nosotros mismos. En el Nuevo Testamento, específicamente en la “Carta a los Colosenses”, se afirma que cada ser humano es “un poema de Dios”. Vivir poéticamente es saberse tal. Y obrar en consecuencia.
***
Conferencia dictada en la Universidad Metropolitana (UNIMET) el 16-10-2013.
* Armando Rojas Guardia Poeta, crítico y ensayista venezolano, tuvo un papel fundamental en la fundación del Grupo Tráfico, y ha publicado numerosos poemarios y colecciones de ensayos, entre ellos "Del mismo amor ardiendo" (1979), "Yo supe de la vieja herida" (1985), "Poemas de Quebrada de la Virgen" (1985), "Hacia la noche viva" (1989), "La nada vigilante" (1994) y "El esplendor y la espera" (2000).
UNIMET –  Universidad Metropolitana....
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Como acabados de salir del diluvio. Horacio Benavides. No.96, Octubre 2013. Colección un libro por centavos. U. Externado.

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Como acabados de salir del diluvio 
Horacio Benavides

No.96, Octubre 2013, Bogotá 

Colección un libro por centavos. U. Externado
Impresa y digital

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Ilustración: Gato en meditación, por Horacio Benavides, 
técnica mixta, 12 x 12 cm., 2002
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En la web de la U. Externado: 

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Horacio Benavides

Nació en Bolívar, Cauca, en 1949. Vive en Cali,
ciudad donde realiza talleres de poesía con niños
y jóvenes. En agosto de 2013, su libro La serena
hierba recibió el Premio nacional de Poesía del
Ministerio de Cultura.
Sus poemarios publicados son: Orígenes, 1979;
Las cosas perdidas, 1986; Agua de la Orilla, 1989;
Sombra de Agua (1994); La aldea desvelada 1998.
Sin razón florecer (Premio Nacional de Poesía
Instituto Distrital de Cultura de Bogotá, 2001).
Todo lugar para el desencuentro (Premio nacional
de Poesía Eduardo Cote Lamus, 2005). De una
a otra montaña (Poesía reunida, Universidad
Nacional de Colombia, 2008). La serena hierba,
antología, Monte Ávila, 2011.
Ha publicado también los libros de adivinanzas:
Agua pasó por aquí, y Ábrete grano pequeño.
 .
Contenido

El gato [7], Caballo [8], El cerdo [9], La rosa [10],
Cierra los ojos para verla [11], El reloj [12],
La mirada del ángel [13], Para detener el tiempo [14],
Cadmia [15], Antes de que la noche llegue [16],
Brujas 17], El pez 18], Grillo 19], La sangre recuerda [20],
Mariposa nocturna [21], El arroz [22], Torcaza [23],
La rana [24], Pequeño saurio [25], De lejanas olas [26],
La otra muchacha [27], La canción de orfeo [28],
Venado [29], La mano sobre los ojos [30],
Muchacha o antílope [31], Con los pies al revés [32],
Lagartija [33], Pájaro de todos los reinos [34], Hormigas [35],
Distancia [36], Garzas [37], Noche de campo [38],
El adiós de la tortuga [39], La canción del poeta [40],
La puerta del poema [41], Buey [42],
Donde el agua alumbra [43], Guía para la bella [44],
Rinoceronte [45], Deseo de viejo [46],
Por el hilo de las estrellas [47], En la hora quieta [48],
Escarabajo [49], Éxtasis [50], Sueño [51],
Pradera sin límites [52], Esplendor [53], Agua [54],
Gallinazos [55], Murciélago [56], Un pájaro [57],
Y no nos dice nada [58], Te traigo tu mula padre [59],
Oigo en la hondonada un perro [60],
Lo oíamos de niños [61], Dónde andará [62],
Migraciones [63], Su lámpara rumora en otro río [64],
Levantan la cabeza [65], Flor de dormido entendimiento [66],
En la luz débil [67], Apenas audible [68],
Red para cuerpo inmóvil [69], Dios nos guarde [70]

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Anuncio en EL MALPENSANTE No. 146, Octubre 2013
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La página 57 de EL MALPENSANTE

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EL MALPENSANTE. Carátula

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TODA LA COLECCIÓN, HASTA LA FECHA. 
96 LIBROS
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EDICIÓN DIGITAL DE TODA LA 
COLECCIÓN. 96 libros 



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NTC … ENLACES
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29 de octubre de 2013
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*** 30 de julio de 2013
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Fotografía (9 de agosto de 2008) : MICRo de  NTC …

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JUAN GELMAN, SU POÉTICA. Por Juan Manuel Roca

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JUAN GELMAN, SU POÉTICA
        “la poesía pasará como un animal desconocido
         por la ciudad llena de bruma”. J.G.
         
Por Juan Manuel Roca ( 1 )
Fotografía (San Francisco, California): Mario Londoño. (Al fondo: prisión de Alcatraz ). 
A veces, como Max Bense y su riesgosa revuelta anticartesiana que decía que poesía es cuando dos palabras se encuentran por primera vez, o como el viejo dadá que afirmaba que el pensamiento nace en la boca, a un poeta puede tentarlo el salto al vacío, lo irrefrenable, el impulso lingüístico, el rapto poético que lo lleve a concluir que si un pájaro se pone a pensar por qué demonios está volando, muy seguramente se cae. Pero, en verdad, pocas veces al transitar privativamente esos asertos automáticos, se produce un hecho poético de relevancia.
En contrario y sin que haya una absoluta negación de lo irracional, si buscáramos un poeta cuyos versos sean una forma del pensar, si rastreáramos a alguien que haya ejercido en muchos tramos de su obra ese distanciamiento que informa a la poesía de la poesía misma, quizá el nombre que más nos asalte sea el de Juan Gelman.
La lengua franca en la que Gelman escribe su poesía, esa suerte de piedra Rosetta en la que el poeta resulta un traductor de sí mismo, creo que vive de manera constante en sus poemas.
Que “la poesía es una manera de vivir”, un verso suyo perdido en “Violín y otra cuestiones”, resulta algo por lo que Gelman ha luchado a lo largo de su vida y a lo largo de su obra. Y no lo ha hecho desde un yo romántico, desde ese yo que sufre o festeja de manera exclusiva en su pellejo, sino que convierte el nosotros en “los otros”,  para llamarse “pedro, juan, ana, maría, pájaro, plumón, el aire, mi camisa”.
En su poema “Poderes”, de su libro “Relaciones”, y avasallando la cacareada frase de Hôlderlin y su negra pregunta de para qué la poesía en tiempos de penuria, como si todos no lo fueran, parece recordar el sentido inverso de esa dubitación, un ¿para qué la poesía en tiempos que no sean de penuria? ¿Cómo simple esteticismo? ¿Cómo bibelot?
Así, de esta frontal manera, Juan Gelman nos recuerda que la poesía es como la araña que sube por la escoba que la barre: “como una hierba como un niño como un pajarito nace/ la poesía la torturan/ y nace la sentencian y nace la fusilan/ y nace la calor la cantora”.
Ya en otro verso de “Velorio del solo”, no en balde titulado “Arte Poética”, expresa lo anterior de manera quizá más categórica o menos elusiva si se quiere: “A este oficio me obligan los dolores ajenos”.
Son tantos los ejercicios realizados por Gelman en torno a una reflexión insumisa de los espejos de la poesía, esos cristales que no devuelven siempre lo que quisiéramos ver sino lo que su implacable visión nos impone, que podría hacerse toda una antología de sus poemas que trazan un arte poética, en una amplia red temática que engloba el lirismo, la ironía o el dicterio, lo mismo que un mapa de países del acaso que no excluyen un país donde la belleza sea posible, “donde un hombre pueda beber un vino más delicado”, diría Malcolm Lowry.

Aunque sepa como pocos que “el poema del gorrión no vuela más” y sepa también como pocos que “se le fueron los astros al poema del cielo”, aunque sea un perito en firmamentos abolidos y tenga que padecer la historia de los que “escriben con un lápiz sin punta”,  Juan Gelman, una y otra vez nos recuerda que es bueno “quitarnos las telarañas de la costumbre”, Cortázar dixit.

EL PERRO

Juan Gelman

El poema no pide de comer. Come
los pobres platos que
gente sin vergüenza o pudor
le sirve en medio de la noche.
La palabra divina ya no existe. ¿Qué puede
hacer el poema, sino
contentarse con lo que le dan?
Después aullará por ahí
sin respuesta, será
otro perro perdido
en la ciudad impiadosa.


(De “Valer la Pena”. México, 1996-2000)
 ----
Perro semihundido. Francisco de Goya


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Perro semihundido o, más simplemente, El perro, es una de las Pinturas negras que formaron parte de la decoración de los muros de la casa —llamada la Quinta del Sordo— que Francisco de Goya adquirió en 1819. La obra ocupaba un lugar a la izquierda de la puerta de la planta alta de la casa.
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Fredy Yezzed lee poemas de su libro "El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein". Buenos Aires (Arg.). Textos de Claudia Mantilla y Carolina Urbano

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Fredy Yezzed 
lee poemas de su libro
 "El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein" 

Bar Británico, San Telmo, Buenos Aires (Arg.). Oct. 2013 

Textos de Claudia Mantilla y Carolina Urbano 


Fredy Yezzed . Fotografía: Claudia Mantilla
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Fredy Yezzed. Fotografías: Sofía Castillón
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AUDIO (3:00 min). Grabado por Claudia Mantilla 
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¿Poesía o no poesía?
Por:   Claudia Patricia Mantilla Durán ( 1 ) *


En el  Bar Británico, uno de los lugares más tradicionales de San Telmo, el mismo que solía frecuentar el escritor Ernesto Sábato, ubicado frente al Parque Lezama donde inicia su novela Sobre Héroes y Tumbas y,  en el que se han dado cita desde su creación en 1960 poetas, escritores, músicos y viajeros, encontré la voz de un colombiano que llenó el recinto de preguntas:   1.1  La poesía es un jardín:   un jardín que habla de otros jardines.  1.12  Pero la mejor definición de poesía es la siguiente proposición:   Poesía no es lo uno ni lo otro; quizá tampoco lo tercero.
Y digo preguntas porque Fredy Yezzed con un tono aforístico y sentencioso barajó la noche cubriéndola de dudas como si la palabra fuese abriendo un agujero allí donde creíamos haber visto, allí donde teníamos la certeza de un mundo.   1.21  El único enemigo de la poesía es el poeta:   allí,  es él  contra él mismo.  2.014  Nadie, por experto que sea en la semiótica, podrá hablar de la humedad que causa en nuestra alma la palabra agua.  2.0211  El vaho.  El vaho resultó ser la palabra que se humedeció en el aire, la que no pudo expresar cuánto frío se tenía por dentro.  2.022 Esa palabra que no pudo hacerse sonido, murmullo, voz, grito, queja:   es la lágrima.
Números, matemática, poesía.  La vida y sus posibles combinaciones, la pregunta por el lenguaje, el amor y la muerte, sobretodo la muerte, el enigma de la finitud.  Así transcurrió la lectura de Fredy Yezzed en “el Británico” que me impulsó a leer su libro:   “El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein”,  -del que extraigo los fragmentos que acompañan este texto- un libro inspirado en la vida y obra del filósofo alemán quien,  prisionero en Italia y en pleno campo de concentración escribiera su famoso Tractatus, obra cumbre de la filosofía en el siglo XX.
3.01  Todo lo que amamos, si no se puede decir, se habrá perdido para siempre.  3.031  Toda mujer es otra mujer después del amor.  3.144 Qué diferente la poesía para mí que me quedo solo, para ti que te vas acompañada.  3.201  La segunda ley:   saber que el amor hace parte del lenguaje sin sentido.

¿Poesía o no poesía?, ¿filosofía o no filosofía?,  para algunos puede ser la cuestión, para mí fue una experiencia de lectura, de esas que socavan el alma y una noche inolvidable en “el Británico” a partir de una voz que intuyo profundamente poética. 
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Periodista ( 1 ) . Desde Buenos Aires (Argentina),  1 de noviembre de 2013.   En la actualidad la autora realiza estudios de Doctorado en Comunicación y Literatura en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina. Generosa corresponsal, ad honorem,  de NTC ... en Argentina. 
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EL DIARIO DEL POETA
Por Carolina Urbano ( 1 )*
Lo que es seductor es peligroso, por esto lo peligroso es doblemente seductor. “El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein” del escritor colombiano radicado en Buenos Aires Fredy Yezzed es un libro peligroso porque no admite términos medios: funciona o no funciona, atrapa o no atrapa, gusta o se va directo al cesto de la basura. El libro es retador desde su título y es imposible acercarse a él sin prevenciones, lo cual es una confesión para admitir que lo leí con todas las reservas del mundo y en espera de algo no muy afortunado.
El segundo libro de Yezzed me generó una inquietud sombría acerca de la posibilidad de que el alma latinoamericana pudiera atrapar el espíritu más íntimo de un pensador multimillonario, que además de ser vienés, revolucionó dos veces la filosofía occidental (primero con el “Tractatus Logico-philosophicus”, luego con las “Investigaciones filosóficas”). Semejante osadía solo tenía dos opciones: llegar a tierra o naufragar. Para mi sorpresa, el poeta sale bien librado y no precisamente porque haya penetrado el pensamiento o la persona de Wittgenstein, sino por el hecho de que su contenido, la calidad de las palabras consignadas  ahí bajo la estructura formal del Tractatus son de tal vuelo que logra superar la expectativa creada alrededor de la figura del filósofo, para pasar a ser una excusa con la cual divagar por diferentes aspectos de la poesía y la vida misma. Por cuestiones poéticas: “1.22 & ese silencio… (             ) Es el lenguaje que clama su propia poesía”; por el aforismo: “2.027 El pensar es numérico. Los números: imaginación enjaulada”; por la poesía misma: “2.0124 Las cosas por sí solas descubren al hombre. La cuchilla de afeitar oxidada, el aire quieto pudriéndose en su fruta, el poema lamido mil veces, la pintura que se cae del techo”. Así, este libro es ante todo un libro poético, un libro sobre y para el lenguaje, una valiente apuesta que pone a los críticos en aprietos a la hora de clasificarlo en algún género y a los poetas en la difícil situación de asumirlo o no como poesía (que es el atributo que más me seduce del libro), por lo que siempre quedaría “fuera de concurso”, pero indiscutiblemente, dentro de la literatura.

El mérito de este “diario inédito”, como ya dije, es que el propio Wittgenstein quede en un segundo plano y la palabra poética sea la protagonista. Y aunque esto pueda sonar inadmisible para un filósofo es completamente legítimo en la literatura, pues  como expresión artística nos permite hacer, de lo que decimos que es, otra cosa. Como bien lo dijo, no Wittgenstein pero sí Gadamer, y viene al caso.

Texto publicado en EL TABLOIDE (Tuluá, Colombia)28 Octubre 2013    http://www.eltabloide.com.co/index.php/opinion/7159-el-diario-del-poeta

* Filósofa y poeta, quien en la actualidad realiza estudios de Doctorado en Literatura en Buenos Aires. Generosa corresponsal, ad honorem,  de NTC ... en Argentina. 

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NTC ... ENLACES: 


17 de enero de 2012

Hoy. Juan Gelman. Poemario. Editorial Planeta 2013. Presentación del libro. Por Claudia Mantilla Durán y Carolina Urbano ,

http://ntcpoesia.blogspot.com/2013_09_19_archive.html

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REGISTROS EN NTC ...: 

*** 30 de noviembre, Bogotá, 6:30 pm
--- "El diario inédito del filósofo vienés Ludwig Wittgenstein"*, Por Fredy Yezzed, presentación del libro, publicado con el apoyo del Ministerio de Cultura de Colombia y la editorial argentina Ediciones del Dock, coordinada por el profesor Fabio Jurado y la Colección Viernes de Poesía.  Lugar: Universidad Nacional de Colombia, Avenida 26, Carrera 38, Edificio 225, Bogotá. * "Libro de agudos aforismos. Bello e inquietante. O, mejor, bello en su convulsa manera de reflejar el mundo. Desde la fragmentación, tan cara a Nietzsche, el autor del libro crea una especie de poliedro en el que se pregunta sobre el pensar, sobre la escritura, sobre el lenguaje, el amor y la muerte. Es un libro deslumbrante y lúcido. De una cerrada unidad en estilo y desarrollo temático. Muy interesante su seguimiento de los fragmentos wittgenstianos. Una suerte de aforismos y pensamientos que se vuelven intensa poesía. Casi todos los fragmentos deslumbran u obligan a la reflexión". Gonzalo Rojas (Chile) . Marco Antonio Campos (México) .Juan Manuel Roca (Colombia). / Más info.: http://raizinvertida.blogspot.com/2012/08/solo-hay-astillas-en-las-profundidades.html / http://valknutr.blogspot.com/2012/05/lv-mayo-2011-fredy-yezzed.html
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Una columna sobre Roca. Por: Juan Mosquera. Las 2 Orillas, noviembre 03, 2013

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Una columna sobre Roca

 Juan Mosquera
Las 2 Orillas, noviembre 03, 2013  http://www.las2orillas.co/una-columna-sobre-roca/
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las 2 orillas.
Todos somos un poco los libros que leemos. Eso lo sabe y lo siente un lector. En las páginas con historias de otros nace un nosotros que nos acompaña hasta el minuto de partir. Llevamos a cuestas un equipaje de palabras ajenas que son bastón, luz y también guía. Soy de los que ama el olor del papel, de los que disfruta el tacto al acariciar un libro, la mía es una emoción sencilla y sincera que tiene ánimo de explorador. Me gustan las bibliotecas y las viejas librerías. Por supuesto leo también en pantallas, porque sé que son la ventana de nuestros días y sería necio cerrar los ojos para negar que existe el sol.
No tengo una lista numerosa de amigos que escriban, pero los libros de muchos han sido mis amigos. Hay a quien le vendría bien un poco de literatura para sacudirse la amargura. Hay a quien le vendría bien un poema a esta hora para que sobreviva al resto del día. Hay a quien le vendrían bien unos días de lectura solitaria para que se sienta bien acompañado. Qué hermoso es el oficio del librero de viejo que receta libros a sus pacientes, él como un doctor recomienda medicinas al lector.
Hoy me detengo aquí, levanto el brazo, pido la palabra y de pie digo gracias. Gracias a Juan Manuel Roca por los libros leídos, los poemas encontrados, las recomendaciones que sin saberlo me ha dado. No lo conozco personalmente. Él nunca ha escuchado mi voz, yo sí la suya. Nunca lo he tenido tan cerca como para estrechar su mano. Pero de su mano conocí a José Antonio Suárez en aquel precioso semanario que acostumbraba editar en sus años en El Espectador. Y esos dibujos implican y significan tanto en mi vida que nunca terminaré de agradecerle por eso. Y también por tantos autores que empecé a buscar más allá de la prensa semanal. Aquel suplemento literario era un precioso iceberg que, mostrando apenas su cima, te invitaba a bucear para encontrarte con maravillas apenas nombradas: sitios, títulos, eventos… bella agenda plural se daba cita en el Dominical.
La herencia que deja un escritor está en las páginas que escribe.
La herencia del lector está en contagiar la sed de leer.
Recuerdo el poema de los chicos ciegos que jugaban fútbol en el patio siguiendo una pelota agitada por los ruidos de su interior. Recuerdo la historia de la niña que al caer la noche en la playa le preguntaba a su padre “¿a qué horas abren el mar?”. Recuerdo tantas líneas suyas habitadas por una ternura que es memorable porque es sincera. Recuerdo también ese lado oscuro de la luna que ha sabido retratar al contarnos un país que resulta ser un caníbal de sí mismo. Juan Manuel Roca es una referencia necesaria para entender a Colombia. Hay seres humanos como él, que son árbol de buena sombra. Y además fértiles: jamás ha dejado de publicar. Poemas, obvio, pero debes sumar ensayos, crítica y narrativa. Su disciplina, su pasión, aquel nulla diez sine línea —ni un día sin una palabra— han de ser su manera de ser. De un escritor hablan sus libros. Leer también es escuchar.
A usted que me ha acompañado hasta este punto le recomiendo buscar una vieja edición de Luna de ciegos, poemas escogidos 1972-1990 como una forma de adentrarse en la amable roca que es Juan Manuel. Igual puede encontrarlo en una veintena de títulos en los que su voz se afirma, como la roca que es.  Traigo aquí un poema suyo:

Arenga del antihéroe


Nunca llegué a sitio alguno.Cuando algunos viajaban por el espacioY veían la tierra como una aldea perdida,Yo miraba en la oscuridad de los armariosPequeñas lunas de alcanfor.Mientras tantos impacientes caían en combateO petardeaban la posición del enemigo,Yo era humillado en oscuras oficinas de notarios.Cuando los inventores de la máquina de sueñosCenaban con mujeres más bellas que sí mismas,Mi ración de orfandad me era servida,Fría como un lenguado bajo la luna.Mis amigos de infancia crecieron para el brillo,Algunos son senadores que sonríen en las plazas,Otros se hicieron hombres de industria, empresarios,En el barco van en el área de los triunfadores.Yo visito el mismo paisaje de casas repetidas,Mi único guardaespaldas es el viento.No fui de los que llenan estadios y coliseos,Ni el cantante que puede permitirse injuriarAl auditorio. Nunca llegué más allá de la próxima esquina.Jamás tuve agallas para disparar contra el tirano,No abrí un túnel para que todos salieran de la cárcel,No fui capaz de salir durante el toque de queda,No monté en pelo el brioso caballo de la guerraNi atravesé campos minados para salvar una aldea.Me dediqué a masticar en la sombraEl pan sin levadura de todas las derrotas.A veces me pregunto dónde andaránLos que cambiaron de piel, de casa o de país,Mientras bebo la misma cervezaMientras suena, una y otra vez,Una canción que habla de visitar la lejanía. 
Gracias le digo Juan Manuel Roca por las luces que ha encendido para ayudarnos —sin proponérselo— a cruzar esta oscuridad.
@lluevelove
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LUNA DE LOCOS, EL FESTIVAL. Quince Años. Comienza la celebración. Revista No. 23,Nov. 2013. Impresa y digital.

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LUNA DE LOCOS 
Quince Años
comienza la celebración  
con un reconocimiento de la 
Asamblea Departamental de Risaralda
la publicación del 
número 23 (Nov. 2013) de su revista de Poesía
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De: Giovanny Enrique Gómez Gil insomne@utp.edu.co
Fecha: 28 de noviembre de 2013 16:02
Asunto: LUNA DE LOCOS en sus 15 años recibe Resolución de Reconocimiento de la Asamblea Departamental de Risaralda, Colombia.
Para: NTC … Nos Topamos Con http://ntcblog.blogspot.com/, ntcgra@gmail.com

Estimados amigos

Buenas tardes, en una tarde de hace quince años, la iniciativa extra académica de estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira por resignificar la cúpula del Planetario en Pereira como un lugar para escuchar la poesía en la voz de sus creadores, es ahora no sólo la experiencia de vida de quienes continuamos ligados a la aventura de la revista Luna de Locos y el Festival Internacional de Poesía de Pereira, sino  también el abrazo de los amigos que han presenciado con el esfuerzo de cada día, el animo de hacer crecer este sueño y volverlo también el sueño de otros.

Con 23 números publicados, tenemos una de las revistas de poesía más vitales que puede tener nuestra tradición literaria en Colombia, y un Festival de Poesía que no sólo es parte de la vida cotidiana en Pereira sino también la afirmación de un esfuerzo por extender nuestro encuentro con distintas geografías poéticas del mundo.

Nuestro agradecimiento y lealtad a todos quienes nos han acompañado, 
nuestro brazos abiertos a la amistad y la vida que viene en el camino!


Giovanny Gómez
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RESOLUCIÓN No. 125 de de 2013
Asamblea Departamental de Risaralda
A los 25 días del mes de Noviembre del año 2013

Giovanny Enrique Gómez Gil, Director del Festival y de la Revista
 exhibe la Resolución

República de Colombia

RESOLUCIÓN N 125 de de 2013

Por medio de la cual se hace un reconocimiento al Festival Internacional de Poesía de Pereira, LUNA DE LOCOS EL FESTIVAL, y la revista de poesía Luna de Locos en sus quince años de actividades.

La honorable Asamblea Departamental de Risaralda, en uso de las facultades otorgadas en la Ordenanza N 030 de 2008 y,

Considerando:

Que es deber de la Asamblea Departamental de Risaralda, exaltar la labor de personas o instituciones que hagan aportes importantes al engrandecimiento de la región, siendo ejemplo para la comunidad en general.

Que el Festival Internacional de Poesía de Pereira LUNA DE LOCOS EL FESTIVAL y la revista Luna de Locos, dirigido por la Corporación Cultural Luna de Locos y la gestión del poeta Giovanny Gómez Gil, han construido con una experiencia de formación cultural en instituciones educativas, bibliotecas, casas de la cultura, universidades de Risaralda con una experiencia de quince años que se remonta a una iniciativa extra académica como estudiantes de la Universidad Tecnológica de Pereira desde el año 1998.

Que actualmente el Festival Internacional de Poesía de Pereira LUNA DE LOCOS EL FESTIVAL, en sus siete versiones ininterrumpidas desde 2007 y la revista Luna de Locos en sus 23 números publicados desde 1998 se han convertido en un referente cultural y literario de Risaralda ante la comunidad cultural nacional e internacional.

Que es motivo de orgullo y satisfacción como estas actividades del Festival Internacional de Poesía de Pereira LUNA DE LOCOS EL FESTIVAL y la revista Luna de Locos han sido un estimulo para descubrir, enseñar y motivar la memoria, el presente y futuro de nuestra tradición literaria.

Que en merito de lo expuesto, el Diputado Alonso Molina Corrales, presentó proposición conducente a reconocer la labor de esta Corporación Cultural.

RESUELVE:

Articulo 1. Expresarle a la Corporación Cultural Luna de Locos y su director el poeta Giovanny Gómez Gil, sentimientos de regocijo y complacencia por esta importante labor con el Festival Internacional de Poesía de Pereira LUNA DE LOCOS EL FESTIVAL y la revista Luna de Locos que hace que nuestra región se fortalezca y se colme de satisfacción en nuestro desarrollo cultural como ciudad.

Articulo 2. Hacerle entrega de la presente Resolución al señor Giovanny Gómez Gil y su equipo en la Corporación Cultural Luna de Locos como un sentido homenaje de la Asamblea Departamental

Comuníquese y cúmplase.

Dada en Pereira, Risaralda, a los 25 días del mes de Noviembre del año 2013

Fernan Caicedo Cuero Geovany Londoño González
Presidente Primer Vicepresidente

Alonso Molina Corrales Luz Adriana Henao Castaño
Segundo Vicepresidente Secretaria General 
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LUNA  DE  LOCOS
No.23, Noviembre 2013. Año 15
Revista de Poesía

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Ilustración: Pedro Ruiz, artista invitado
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Carátulas
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El perfume y el deleite de un minuto nada más. Por William Ospina. Esos malos poemas sin los cuales no podemos vivir.

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El perfume y el deleite de un minuto nada más
William Ospina
William Ospina
Muchas veces he querido escribir un ensayo que se llame Esos malos poemas sin los cuales no podemos vivir. Porque ciertas preceptivas literarias nos han enseñado a avergonzarnos de algunos placeres furtivos que también nos da la literatura.
No se trata aquí de la poesía indudable, poderosa y terrible que construye mundos y derriba sistemas: de la capacidad de Homero y de Joyce de salvar un mundo en el lenguaje; de la capacidad de Dante de erigir un universo en la música; de la capacidad de Shakespeare de construir un discurso sinfónico donde cabemos todos los humanos, desde los más infames hasta los más sublimes; de la capacidad de san Juan de la Cruz y de Allen Ginsberg de atrapar los matices del amor; de la capacidad de Víctor Hugo de convertir en poesía la historia, la curiosidad geográfica y hasta la pasión política; de la capacidad de Baudelaire y de Whitman de hacer caber en el poema lo más sórdido y lo más cotidiano; de la capacidad de Rimbaud de reinventar en la lengua un mundo que declina; de la capacidad de Rubén Darío, de Neruda y de Borges de reinventar minuciosamente una lengua, porque estos ya están salvados, a estos no hay que defenderlos, a estos no los discute nadie.
Tampoco se trataría de defender a otros muy grandes pero menos reconocidos, por su dificultad para pasar a otras lenguas o por su irregularidad, por su sutileza o por su carácter tan irreductiblemente personal. De vindicar las partenias divinas de Píndaro; las venenosas sátiras de Marcial; las rosas de hierro de la Canción de Rolando; los sonetos prodigiosos de Petrarca, de Joachim du Bellay, de Quevedo, de Lope de Vega, de Miguel Ángel, de Gaspara Stampa, de Rossetti, de Elizabeth Barret; de alegar a favor de las músicas y la magia de artífices de Verlaine, de Swinburne, de Heinrich Heine, de Toulet, de Lugones, de León de Greiff, de Antonio Colinas, de Giovanni Quessep; de defender la precisión de la Antología griega o de la Antología de Spoon River, el vuelo de Keats o de Rilke, la fuerza original de los poemas de Byron o de Ted Hughes, el poder perturbador de Robert Frost o de Christina Rossetti, la reinterpretación minuciosa de la realidad que hizo Emily Dickinson, el cosmos rumoroso de Robert Browning, el nuevo mundo que aportaron Eliot y Ezra Pound, el barro americano del romántico todavía incomprendido Porfirio Barba Jacob, las íntimas vastedades de Carlos Mastronardi, los altares amorosos de López Velarde, el incienso verbal de Saint-John Perse y de Aurelio Arturo, la depurada complejidad de Antonio Cisneros, las sonoras mitologías de Kipling o de Chesterton, los nihilismos contrarios de Houellebecq o de Fabián Casas, el salmo del siglo XX de Milosz o de Symborzka, o las exploraciones del presente puro de Ungaretti, de Jacottet, de José Manuel Arango, de Samoilovich o de Víctor Gaviria, porque todo eso está ya salvado, no necesita ser defendido sino apenas ser divulgado.
Lo que pretendería mi ensayo es defender lo indefendible, o al menos lo difícil de defender. Verdad que a esa categoría pertenecen obras ilustres como El Cuervo o Las campanas de Edgar Allan Poe, que le valieron a su autor el apodo de “jingleman” y a las que descalifican los genios y miran por encima del hombro muchos críticos, obras que no siempre aportaron un gran poema sino un tema que otros tratarían mejor o una música que otros enriquecerían; ese sistema de vasos comunicantes que hace que una musiquilla medieval resucite en una gran sinfonía de Mahler, que un canto de indígenas norteamericanos resurja y se despliegue en la aurora de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorak; esos poemas pobres que atormentan o acompañan nuestras almas, como esa mala prosa de folletines del siglo XIX que nutrió algún fragmento de las Memorias de Adriano de Yourcenar. Ese mal poema militante de Gabriel Celaya La poesía es un arma cargada de futuro, al que le puso música Paco Ibáñez y que cada vez que suena me lleva a ciertas tardes de mi adolescencia y me trae amigas muertas y sueños perdidos, y me conmueve más que Virgilio. Pero no hablo en rigor de las canciones, que suelen ser invulnerables, hablo de poemas sin los cuales no podemos vivir, como eso de “en la mitad del barranco las navajas de Albacete / bellas de sangre contraria relumbran como los peces”, versos de García Lorca que sobreviven por pura inercia verbal, y apenas morirán con la muerte de la lengua. Hablo de ese poema Elegía de Miguel Hernández, que casi no resiste una lectura verso a verso, por esa impureza de decirle a un muerto “la tierra que ocupas y estercolas”, versos tirados al vacío como “órganos mi dolor sin instrumento”, que nadie le toleraría a Góngora, o toscamente amoblados como “por los altos andamios de las flores”. Quién sabe si a otro poeta le perdonarían los críticos esto: “mi corazón, ya terciopelo ajado / llama a un campo de almendras espumosas / tu avariciosa voz de enamorado”. Y sin embargo lo cantamos a voz en cuello y al borde del llanto a la hora de evocar a los amigos perdidos.
Porque quizás un poema no es bueno sólo cuando es bueno, sino también cuando se hace necesario. Y puede hacerlo necesario la costumbre, el dolor, la sensación de algo perdido, el hecho de que le gustara a alguien, la casualidad que lo unió a nuestra vida. Puede ser, como también dijo Shakespeare, “el perfume y el deleite de un minuto, nada más”. Para mayor gloria de Julio Flórez y de Juan de Dios Peza.
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La utilidad de la luna
Texto completo de la ponencia sobre cultura y lectura presentada por el escritor colombiano ante los académicos de la lengua española, que sesionó esta semana en Panamá. Terminó el VI Congreso Internacional del idioma
Por: William Ospina

Especial para El Espectador, 24 OCT 2013 - 10:00 PM
http://www.elespectador.com/utilidad-de-luna-articulo-454402

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GRUPOS  de  POESÍA y  en POESÍA en CALI . DEBATE . NTC  ... COMPILACIÓN.  LIBRO I . Noviembre 28, 2013
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"Puede haber Poesía ..." Por Julio César Londoño.

[Biblioteca+Deptal+JCL+en+fachada++oc+12+07.JPG]
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Drumuri şi călătorii. De Rodica Grigore. / Carreteras y viajes. Por Rodica Grigore. / Sobre el poemario "Vista del Tiempo" de Armando Romero.

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Drumuri şi călătorii. De Rodica Grigore *.

Carreteras y viajes. Por Rodica Grigore. 
Sobre el poemario "Vista del Tiempo" de Armando Romero
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CARTEA STRĂINĂ

Drumuri şi călătorii/ de Rodica Grigore *

joi, 23:56Autor: Rodica Grigore


„Sunt martorul timpului;
rădăcinile presară câte-un pic de copilărie
pe chipul celor pe care-i iubim.”
(Armando Romero, Martor al timpului)
Armando Romero s-a născut în 1944 în oraşul columbian Calí, fiind considerat teoreticianul cel mai important şi spiritul conducător al nadaismului, mişcarea literară care a marcat anii ‘70 în Columbia, într-un mod asemănător, până la un punct, experienţelor lirice ale Generaţiei Beat din Statele Unite ale Americii. Este doctor în literatură latino-americană al Universităţii Pittsburgh, iar actualmente predă la Univeristatea din Cincinnati. A călătorit şi a predat în universităţi prestigioase din mai multe ţări din Europa, America şi Asia. În mare măsură, această experienţă a călătoriilor i-a influenţat opera, fapt care se observă cu uşurinţă atât în volumele de versuri publicate până acum, Poetul de sticlă (El poeta de vidrio, Caracas, 1976), Combinaţiile datorate (Las combinaciones debidas, Buenos Aires, 1989), Patru versuri (Cuatro lineas, Ciudad de Mexico, 2002), De la noapte la soare (De noche al sol, Medellín, 2004), cât şi în romanele sale: O zi printre cruci (Un dia entre las cruces, Bogotá, 1993),Drumul spre Chicago (La rueda de Chicago, Bogotá, 2004).
Antologia poetică intitulată A vista del tiempo cuprinde poeme scrise între anii 1961 şi 2004, fiind un volum cu adevărat reprezentativ pentru maniera de a teoretiza şi de a practica poezia pe care o adoptă Romero încă de la începuturile sale literare. Desigur, o antologie lirică personală reprezintă, întotdeauna, o privire a autorului însuşi îndreptată înspre vastul domeniu al propriei sale opere. Dar această privire, în cazul lui Armando Romero, reprezintă deopotrivă o călătorie, căci nu există alt termen mai potrivit pentru a descrie experienţele cuprinse în paginile cărţii de faţă. În fond, aşa cum spune poetul însuşi în prefaţă, o excelentă profesiune de credinţă, „călătoria şi actul scrisului sunt două forme ale aceleiaşi realităţi”, câtă vreme scriitura este o permanentă călătorie nu doar din susul în josul paginii de hârtie, ci şi în lumea – şi în interiorul – cuvintelor însele, care, prin ordinea sau dimpotrivă, prin dezordinea lor, sunt în stare să construiască insule, arhipelaguri, continente. Cu alte cuvinte, lumi pe care poetul trebuie să le exploreze. Şi doar cuvintele sunt cele care îi permit să compună peisaje, de multe ori mai reale decât cele ale lumii reale. În acest fel, textul poetic însuşi, cel care depinde în mare grad de elementele temporale, poate deveni, în egală măsură, un veritabil spaţiu, nou model deterra incognita. Acolo şi doar acolo găseşte poetul bucuria de a scrie şi, în acest fel, unica raţiune de a trăi.         
Poezia latino-americană nu a ezitat niciodată să reflecteze asupra propriilor sale resorturi interioare şi să-şi clarifice până la capăt raporturile cu tradiţia, fie ea spaniolă sau americană, iar Armando Romero se înscrie, alături de alţi creatori, precum José Barroeta, în această orientare estetică. Astfel, poetul reuşeşte să extragă esenţa lirică din revolta „grupurilor beligerante” ale anilor ‘60 – ‘70 şi să transforme totul în profundă meditaţie asupra poeziei şi asupra şanselor ei de supravieţuire în lumea contemporană, fapt evident mai cu seamă în poeme cum ar fi Pas greşit sau Martor al timpului, texte de natură a lumina, dintr-o dată, creaţia unei întregi generaţii – şi, fără îndoială, de a clarifica resorturile propriei sale literaturi. Iar dacă alţi contemporani ai săi pun în discuţie limbajul poetic, necesitatea impreciziei în lirică şi importanţa descoperirii Cuvântului fundamental, capabil să-şi recupereze vechea putere denotativă, aşa cum procedează Elsa Cross sau Mecedes Roffé (situate, din acest punct de vedere, în buna descendenţă a lui Octavio Paz şi, fără îndoială, a lui Álvaro Mutis), Armando Romero, pornind, cel puţin parţial, de la marii precursori ai poeziei latino-americane, José Marti şi Rubén Darío, propune tonul grav, dorind să aducă în poemele sale simplitatea aparentă a versului, „imaginea” în sens tradiţional fiind extrem de redusă, dar cu atât mai semnificativă. Poetul înţelege acest demers în alt sens decât îl practicase César Vallejo, de pildă, în volumul Trilce, dobândindu-şi, în acest fel, deplina originalitate.
Desigur, odată cu poezia scrisă în anii ’70 – ’80, devine din ce în ce mai evidentă o permanentă şi impresionantă intersectare a liniilor estetice sau retorice utilizate. Nu este, însă, neapărat o preferinţă pentru formele eclectice, ci, mai degrabă, o irepresibilă tentaţie a căutării, a experimentării necontenite a unor noi ritmuri şi formule lirice, a explorării altor şi altor drumuri, în căutarea altor călătorii, de care Romero e mereu cucerit. La o lectură atentă, se observă, însă, că aceste elemente pornesc tot de la izvoarele culturii latine, haina străină rămânând doar un soi de inedit pretext formal, chiar şi atunci când autorul alege forma poemului haiku, substanţa lirică fiind, în totalitate, legată şi raportabilă la strălucita tradiţie culturală hispano-americană, unica soluţie identificată de Armando Romero pentru veritabila descoperire de sine.

Armando Romero, A vista del tiempo. Antología poética, Editorial Universidad de Antioquia, 2008.
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* Rodica Grigore

Filóloga y ensayista rumana (Sibiu, 1976). Licenciada (1999) y doctora (2004) en filología románica por la Universidad Lucian Blaga de Sibiu. Ha publicado cinco libros de crítica literaria y ensayo: Despre carti si alti demoni (De libros y otros demonios, 2002), Retorica mastilor în proza interbelica româneasca (Retórica de las máscaras en la narrativa rumana moderna, 2005), Lecturi în labirint (Lecturas en laberinto, 2007) Masti, caligrafie, literatura (Máscaras, caligrafía, literatura, 2011) y În oglinda literaturii (En el espejo de la literatura, 2011). Además, ha traducido al rumano el libro de ensayos de Octavio Paz, Hijos del limo (2003), una selección de la obra poética del autor colombiano Manuel Cortés Castañeda, con el título general Oglinda celuilalt (El espejo del otro, 2006) y el libro de narrativa breve del escritor norteamericano de origen rumano Andrei Codrescu, A Bar in Brooklyn(2006). Realiza también la antología de textos y las traducciones para el Festival Internacional de Teatro de Sibiu (2005, 2006, 2007, 2008, 2009, 2010, 2011). Enseña literatura comparada en la Universidad de Sibiu.
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NAVIDAD, NTC ... REGALO. 2013 - 2014. Libros de poesía en la red. Buen provecho.

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CLAVE. Revista de Poesía. Cali. Directores: José Zuleta Ortiz y Rafael Escobar De Andreis.  

Los 19 números (2004 - 2013), completos,  en la redhttp://www.revistadepoesiaclave.com/


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LUNA NUEVA. Poesía. Revista para nocheros. Tuluá. Director Ómar Ortiz Forero. 

1987 - 2013. Los más recientes números, completos,  en la red 

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ARQUITRAVE. Revista colombiana de Poesía .  2002 - 2013. Director Harold Alvarado Tenorio
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La serena hierbaHoracio Benavides. 
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Tampoco es rebeldía ... 
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en el libro "Y Occidente conquistó al mundo" *, 2000, de Antonio Caballero 
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Diariamente se 

SE ADICIONARÁN OTROS LIBROS 
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“DESDE EL CORAZÓN DE CARRANZA”. Por Ana Margarita Rodríguez Devia. ENSAYO. Villavicencio-Meta, noviembre, 2013.

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ENSAYO

“DESDE EL CORAZÓN DE CARRANZA”

-NARRACIÓN A PARTIR DE UN REPORTAJE AL POETA EDUARDO CARRANZA-

Por: Ana Margarita Rodríguez Devia. *

Agradezco el importante aporte plasmado en la edición
de los libros de la escritora Gloria Adela Serpa de Kolbe.

Villavicencio-Meta, noviembre, 2013.

Gloria Serpa Flórez, realizó un completo reportaje que así lo llamó y entrega un segundo libro “Lo que se dijo y no se dijo en mi gran reportaje a Eduardo Carranza”. Es quizá el más importante trabajo encontrado en las investigaciones realizadas sobre la vida del poeta llanero, Eduardo Carranza.

Desde la perspectiva de esta entrega, este ensayo condensa en su totalidad lo que la escritora investigó y aporta otros aspectos personales de quien presenta este trabajo, que fueron importantes en el encuentro con el poeta y su vida. Su semblanza es el zumo de su esencia humana y poética.

-Del Llano a la montaña-

Unas miradas se cruzaron mientras el vaivén de la hamaca ayudaba al saludo improvisado de dos jóvenes que sin saber se encontraban en un tiempo preciso y un destino para hacer del amor poemas, sí; pero mucho después, escritos por el que fuera uno de sus hijos bautizado con el nombre de Januario Eduardo Carranza Fernández, más conocido como Eduardo Carranza.

Él Januario y ella Mercedes; sus apellidos Carranza y Fernández se unieron, y nació Eduardo Carranza, uno de los poetas más importantes del último siglo en Colombia, quien realmente se inspiró en la obra poética de Juan Ramón Jiménez, para fundar la corriente literaria de poesía colombiana más controversial y de copiosa aceptación conocida como el “Piedracielismo”.

Fue miembro de la Academia de la Lengua, director de la Biblioteca Nacional, Consejero Cultural de la Embajada de Colombia en España, diplomático en Chile; entre otros cargos importantes. Falleció en Bogotá en 1985, tras dejar como herencia una obra poética fascinante; propia en estilo y calidez, como en estética personal, única.

Eduardo Carranza Fernández, nació el 23 de julio de 1913, sin lugar a dudas, y según sus palabras. Le marcaba el signo de la fuerza y el vigor del león por su signo de mes, que lo rodeó de sol una  mañana en la hacienda la Esperanza, jurisdicción de Apiay; municipio de Villavicencio y capital del departamento del Meta; centro urbano más importante de los Llanos Orientales de Colombia.
No muy distante de los ríos Guayuriba y Guatiquía, aguas insignes del departamento del Meta, en las sabanas, donde las palmeras con su parpadeo acarician la llanura, llegó al mundo el poeta más reconocido en el siglo en Colombia y en su departamento del Meta,  región que se anidó en su corazón romántico. En las mismas frescas aguas del río Meta, se hicieron las luces de sus sueños, vivió el clamor de los vuelos de sus palabras tantas veces plasmadas, que hacían divisar los revoloteos de las aves hasta en las planicies de un Llano que le dieron ese sentido de ser un verdadero llanero.
Eduardo era un niño de corazón inquieto, de sentimientos claros, enseñados por sus padres. Su padre había falleció siendo apenas un niño, pero su herencia permaneció perenne en el tiempo, como el de su madre Merceditas Fernández, mujer llanera de  alma extendida como su tierra.  Ambos de una sensibilidad inigualable, transmutaron a su hijo Eduardo esa sensitiva forma de ver su entorno.  La literatura que acompañó siempre a Januario, su padre, apasionado por las letras francesas y los escritores famosos de España de fin de siglo, no podía quedar en el vacío en sus infantiles evocaciones.
Fue Apiay el nombre de la región más nombrada por Eduardo Carranza en su biografía. Apiay llamado así desde comienzos del siglo XIX por los jesuitas desde épocas de la conquista en América, los que importaron de Europa, por el Orinoco, un seductor mundo cultural literario; que hizo que un pueblo se expresara a través de innumerables formas combinadas con típicas costumbres del entorno tropical y obraran arraigando tradiciones;  heredando desde entonces las cultas formas de lectura, escritura, poesía y  múltiples oficios, que se fueron diseminando por todos los Llanos Orientales de Colombia. Tal vez estas semillas esparcidas durante muchos años, dieron sus frutos con el tiempo.
Januario Carranza, su padre, vivió entre paisajes envueltos en magia y optó la buena costumbre de las  lecturas ya mencionadas, especialmente en sus momentos de descanso de hombre de hacienda en el Llano, que le pertenecía por herencia. Es claro que su hijo Eduardo,  heredara su actitud y costumbre de leer textos con el sueño de plasmar versos poéticos. Mercedes, se hizo esposa, compañera, amiga y confidente; desde ese día que se miraron a los ojos y se dieron al cuidado de conformar el hogar que hoy se evoca desde el nombre de su hijo, el poeta Eduardo Carranza. Fue una madre candorosa, entregada a velar por su familia, que enfrentó una viudez prematura.
Los primeros días del niño, antes de iniciar el aprendizaje de la vida, transcurrieron, casi todos, entre las montañas y el Llano; con olor a mastrando, boñiga y leche recién ordeñada, y enlazan todo un proceso de existencia poética, del que se desprende la suntuosidad de su vida literaria.
En la hacienda de su abuelo Ángel María Carranza, que se le conocía como Apauta, ubicada en tierra cálida y situada entre Tocaima y Guataquí, sobre el principal río de Colombia, el Magdalena, encontramos que en alguna oportunidad Eduardo hizo mención sobre su pasado infantil, retomando esta hacienda como “otra de sus tierras calientes”, donde sus padres los habían trasladado en su niñez.
Desde Villavicencio, muchos viajaban a lomo de mula o a caballo. En ese tiempo el que llevaba pasajeros con gran pericia era Abel Lombo, personaje singular que cuentan los de su época, quien duró muchos años en este oficio; ayudó en algunas oportunidades en las largas travesías a transportar a los Carranza con su hijo y posterior a ello, a la madre ya viuda y su familia Carranza Fernández, en una vía difícil entre el Llano y el resto del país.
Siendo muy pequeño Eduardo, muchas veces recorrió con su padre sabanas en el Llano. El olor a fresco verdor llegaba siempre a su recuerdo, le hizo palpitar tanto su corazón, que con sus palabras poéticas claramente plasmaba su sentir. Muchas veces visto el naranja que se convertía en el color de la piel de los venados al bajar la tarde, como esos matices que se confundían con las formas de las nubes, que hacen de por sí una total estampa única del paisaje llanero, llamadas arreboles. Incontables veces de niño o joven entre los potreros, observó el vuelo de garzas blancas y corocoras, humedeció su camisa de sudor por el calor del día y saboreó un tinto cerrero a lomo del brioso Lucero, recordado corcel con el que aprendió a montar amarrado, cuando era un niño.
Sus recuerdos infantiles entre Apiay, en la hacienda La Esperanza en el Llano,  y Apautaen medio de montañas, surgen en aquellos paseos familiares tan recordados por él, fielmente reflejados después en sus apuntes de autobiografía, como su poema: “Regreso con islas y jazmín”. Nos trascribe recorridos en barca, caballo y cantos de su padre como: “La paloma”, “La habanera”, “Mis flores negras”, con la ilusión y el sueño del vuelo de un pájaro de colores que persiguió a sus escasos tres años de edad y marcó desde entonces su ilusión por el campo de la poesía.
La figura paterna fue esfumándose y tras ella, mil recuerdos tristes de su orfandad, cuando por esos días también estaban pequeños sus hermanos menores, Mercedes y Hernando.
En las entrevistas a Gloria Serpa Flórez, se retoma el recuerdo del amor de sus padres, una familia que se conformó, un poeta que nació. Su madre quedaba viuda a los 29 años de edad.
Eduardo, de cuatro años y medio de edad, fue entregado por su madre en custodia a su abuela materna con quien vivió durante doce años en Cáqueza, población de Cundinamarca muy cerca a la ciudad de Villavicencio. Entonces las poblaciones de Cáqueza y Chipaque; incrustadas en la Cordillera Oriental, de clima frío y verdor inigualable, se convirtieron en los paisajes de sus primeros años, en medio del estudio. Esta última población  sirvió de refugio también a los últimos días de vida de su padre. Las regiones también le ofrecieron al poeta Eduardo unos panoramas especiales de leyendas para sus sueños de escritor que empezaron a inquietar su corazón de poeta. Un balcón de la casa de su abuela fue el perfecto horizonte donde se divisaban  nubes y jardines, veía entonces personajes fantásticos de cuentos, como: sirenas, magos, bellas doncellas y reinas en castillos.
La música alimentó también su alma, fue parte fundamental de su despertar de escritor, letras musicales que se iban haciendo poesías. Estaba en Cáqueza y a sus doce años de edad ya se empapaba de cultura, porque la sala se llenaba de visitas con el piano que se abría para recibir de las manos de la tía Julia, temas clásicos como: polkas, vals, preludios de Chopin y también las que llegaban en esa época a la región; como boleros, tangos, pasodobles, contradanzas; entre otras.
Sus primeros años, de los tres hacia los doce de su edad, fueron obviamente enriquecedores, como hermosos y tiernos. Le dio un significado importante a los colores, olores y sonidos como el silbato del tren que escuchaba lejano en Girardot, le aparecían a veces nostálgicos y casi temerosos en sus sueños; donde se dibujaba la estrella de fuego en el cielo, decía el poeta: “era mi madre”. Aparece ella en su poesía como una muchacha de falda floreada que bailara el Galerón, como en sus últimos textos; “suelta sus cabellos y cruza a nado el río…” Le acompañó hasta la edad madura la nostalgia de esa estrella lejana, la de sus soledades.
-Recordando y mencionando a su padre Eduardo Carranza escribió: -“Veo a mi padre, alma de sonrisa seria, ojos oscuros, bigote y cabello tirando a lo rojizo. Veo a mi padre ensoñador en un hamaca de tierra caliente fascinado con su Renan, su Barrés, su Nietzsche, su D´Annunzio, su Verlaine, su Rubén Darío. Lo veo siguiendo por el aire el vuelo de los versos y las palabras de amor que enviaba a su Mercedes Fernández. Veraneaba en la hacienda Las Islas, junto al río Magdalena, cerca del pueblo de Guataquí en donde había el árbol del níspero y el árbol plateado de las ciruelas rojas y el árbol del pan y el árbol de las naranjas doradas y el relámpago verde los loros… Mi padre esfumándose, ya casi celeste y transparente, en mi memoria de cuatro años. Sus cartas de amor a mi madre están entre las más hermosas que yo haya leído”
Antes de fallecer Januario le había escrito a su hijo una carta: “Lo primero que te pido es un profundo respeto y amor sin límites por tu buena madre, adoración y toda la ternura de que tu corazón sea capaz. Algún día comprenderás estas palabras. Hijo adorado: sé bueno, recto, sincero, bondadoso. Trabaja con tesón sin desmayar jamás en tus empresas.  Cultiva la voluntad que es una potencia del alma mediante la cual puede el hombre escalar las más altas cimas del poder y la grandeza humanas. Por mi parte te digo que no deseo para ti grandezas sino felicidad. Quiera el cielo darte este don”. Januario Carranza-Clínica de Marly, Bogotá, 1918.
Los restos de Januario reposan en un terreno que él había escogido como la última de sus estaciones en la tierra. Ubicado más allá del páramo de Cruz Verde, en una hacienda cercana de Chipaque. Y efectivamente, así como el pedido de su padre, el amor del poeta Eduardo Carranza por su madre fue significativo. Los restos actualmente del poeta reposan al lado de los de ella en Sopó-Cundinamarca, por solicitud expresa de él mismo, igual que los de su esposa Rosita Coronado y su hija María Mercedes Carranza, añorando el Llano que los de su poeta llanero reposen finalmente en su ciudad Villavicencio, la de Apiay.

Tras la pérdida de su padre el poeta queda rodeado de mujeres entre su madre, abuela, tías y primos; abundantes en su familia. Su vida escolar transcurre en Chipaque principalmente, en medio de un paisaje de cordillera y frescor.
Su escolaridad inicia a sus seis años de edad y sus hermanos matriculados también, pero internos para alejarlos del dolor de la pérdida de su padre; en el colegio de la Caridad de la Presentación. Eduardo, rodeado de mujeres que le ocasionaban risas, cada vez acordando cómo al jugar lo “peloteaban”  para caer en brazos de una u otra de sus compañeras.
Mencionar más de la vida del niño que se hizo poeta sería dejar de profundizar en su caudal humano y poético sin duda alguna. Fueron sueños de niño que se dibujaron entre los recuerdos de un padre, figura que ejemplarizó  y una madre que adoró.
Extendido ahora como el mismo Llano, Carranza; claro como el firmamento, fue ese mismo horizonte pleno de vida y sueños. Nos acercamos por eso y desde ese, su corazón de  Carranza poeta; que se hizo llanura y montañas, porque solo basta dar lectura a una sola de sus poesías para saber que era el niño soñador, ese mismo corazón al que llegamos y describimos como caudaloso y espléndido.
En su juventud:
Una vez transcurridos los inicios de su infancia, en medio de mujeres en su formación y compartiendo la primaria, como único hombre también dentro del grupo de estudiantes, la vida del poeta Carranza se desenvolvía sin un padre desde cuando él tenía cinco años de edad; muy lejano pero importante fue su recuerdo, además porque dejó consignando a puño y letra su testamentaria carta a su hijo.  Se suman los nombres de sus primos y tías, Julia, especialmente (a quien posteriormente le escribiera algunas dedicatorias en sus primeros libros). Rosa María, Isabel, Mauricio y Enrique, todos Fernández; fueron quienes compartieron con Eduardo su crianza y paso a la juventud.
Era el año de 1925 y vestida como en la época, con riguroso luto su madre Mercedes, recogido el cabello en la nuca por un moño, que no dejaba ver su abundante cabellera negra; de la mano llevó a su hijo Eduardo a las puertas de la Escuela Normal Central de Institutores en Bogotá, para la formación académica de su hijo mayor. Con doce años de edad, Eduardo Carranza lucía una considerable estatura, superior a la edad que tenía entonces.
Su madre había logrado una beca para el pago de su internado con los hermanos Cristianos. La presentación de sus exámenes había sido excelente, tanto que le valió ser aceptado sin haber cumplido el reglamentario del término de edad de los quince años y acudiendo a la excusa de la pérdida de su fe de bautismo, que había sido quemada en el famoso incendio de los archivos de la Iglesia del municipio de San Martín de los Llanos-Meta, mentira piadosa además, que a la postre sirvió para el objetivo que dieron los resultados de haber cursado doble estudio de bachillerato y magisterio. Carranza recordó este episodio, mencionando que habían iniciado cincuenta y tres alumnos al primer curso y terminaron solo siete. El dilema dijo él, era llegar a la meta o de lo contrario encerrarse en el Llano como vaquero en algunas de las haciendas de sus parientes; sabía perfectamente que se jugaba todo su destino en esta lucha importante de sus estudios.
La cátedra fortaleció su corazón de poeta:

Su paso por el diplomado ya cursado, le dio la posibilidad también de cambiar su apariencia a un hombre ya citadino, con chaqueta y pañuelo de seda, chaleco abotonado y cuello almidonado.  Su semblanza de niño se quedó con él, su mente poblada de ilusiones y personajes. Sus conocimientos de algebra se iban quedando para darle más vigor a la literatura y la historia que le fascinaban, algo importante en su enriquecimiento intelectual para la poesía. Su corazón iniciaba un latido particular, la poesía ya le coqueteaba.
Su guía de lectura fue su profesor, el Hermano Justo Ramón, Sacerdote conocido autor de obras de historia de Colombia, quien lo orientó profundamente, según lo trascribió su hija María Mercedes, quien también mencionó cómo lo involucra en concursos literarios escolares.

Era 1929 cuando sus intensas lecturas literarias se hacen presentes en la biblioteca de la Escuela, con textos como los de Verne, Salgari, Historia de los Vascos en el siglo VIII, que la lee toda, y las Sonatas de Valle-Inclán, que logró con el permiso de sus superiores; le enriquecieron su saber y  consigue con otros diez estudiantes, el título de Maestro de escuela elemental.

Tenía 18 años de edad cuando entonces alcanza su primer empleo que fue en Ubaté, nombrado vicerrector del colegio nacional, llamado Liceo Bolívar. Se dedicaba permanentemente a escribir versos. Y obtiene el primer éxito como orador el 4 de julio de 1930, cuando se conmemoraba el primer centenario de la muerte del Mariscal Sucre.

Deliró por la literatura y la política. Rubén Darío y Juan Ramón Jiménez, como alguna vez relató, retumbaban en sus sienes y descubrió entonces el pensamiento autoritario de Bolívar, el de la Constitución Bolivariana. Fue ahí mismo cuando descubre sus dos extensiones de vida; su ensoñación por la poesía y la esperanza por su Nación.

Ubaté fue una población importante en sus inicios poéticos, su enamoramiento a los 18 años le hicieron conservar algunos poemas. Un corazón juvenil, el alma y el recuerdo; con tal cual lágrima,...como dijo: “Oh triste coche viejo que en mi memoria ruedas…” Aquí recordó el maestro Carranza a Juan Ramón Jiménez, se conocieron en Buenos Aires Argentina.
Era el año de 1933 cuando dejó el municipio de Ubaté para llegar a  enseñar en la Universidad del Colegio Mayor del Rosario. Tenía entonces veinte años y un lucero en la mano, como lo mencionó.
Además de la experiencia como maestro de escuela elemental, Eduardo Carranza, logra por azar de la vida, trabajar en el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, en la sección de bachillerato en el citado año. Escribe sus primeros versos que son mostrados en público, entre los que se cuentan: “La niña de los jardines” y el primer soneto editado que formara parte del libro “Canciones para iniciar una fiesta” en 1936. A partir de allí se extiende una larga carrera de maestro que finalmente culmina en la Universidad de los Andes con la cátedra de Humanidades e Historia de la literatura española y cursos en el Seminario Andrés Bello del Instituto Caro y Cuervo de Bogotá; entidad que posteriormente viene a editar un libro de la gran escritora Gloria Adela Serpa, con su “Gran reportaje a Eduardo Carranza”, cuya firma entonces era Gloria Serpa de de Francisco y que dio origen a su otro libro, “Lo que se dijo y no se dijo en mi gran reportaje a Eduardo Carranza” con su firma Gloria Serpa Flórez de Kolbe.

Su trabajo literario le hizo tener varios compromisos laborales. Fue director de la revista del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, la Revista de las Indias, el suplemento literario del periódico El Tiempo  y la revista de la Universidad de los Andes que inició.

Se dijo siempre que su plasma poética va acompañada del azul, muy similar a la de Rubén Darío, como de tener la compañía de musas. Dijo en alguna oportunidad: “Yo soy un simulador del ocio”. Fue siempre un buscador, trabajador y obrero del arte de escribir. Poder transportar ideas era su delirio y se mantenía en actividad permanente intelectual, concibiendo poesías; profundizando sentimientos y para ello laboraba con el afán infinito de poder plasmar sus letras en revistas, libros, publicaciones culturales o en suplementos literarios de periódicos nacionales, o de otros países como en España; especialmente de habla hispana; dictando conferencias, cursos o seminarios, recitales o lecturas de poesía. Inmersa era totalmente su vida en y para la poesía.

Ensayó toda clase de métricas; los tercetos encadenados para emular al Dante y a Petrarca, la estrofa de Ercilla y de Camoens y elaboró una poesía que constituyó la verdadera ascesis, preparación para su obra poética posterior, dijo que ahí supo del ejercicio retórico previo a la entrada suya al reino infinito de la poesía.

Al dejar Ubaté en 1933, va a enseñar en la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y ya en la capital del país sus conocimientos poéticos se amplían. Por eso decimos que su corazón se fortaleció en la academia.

A partir de este momento comienza para el joven Carranza un trayecto empinado hacia el éxito, acompañado por su inteligencia y una visión indudable de sus escenarios. Ocasionalmente visita núcleos intelectuales, como el café Victoria de Bogotá donde se reunía gran cantidad de intelectuales, que entre literatura y poesía, se tocaban los temas candentes del momento en materia política.

Amigo de sus amigos:

Como celoso, Eduardo Carranza alimentaba sus amistades con sus letras, que compartía con ellos. Con ocasión de poder editar uno de sus libros con el Banco Popular en 1972, lo llamó precisamente “Los amigos del poeta”. Eran parte de su vida y se sentía más vivo. Fue precisa la descripción que hiciera Joaquín Piñeros Corpas, uno de sus buenos amigos, quien hace alusión: Estimulante compañía de Eduardo Carranza, que con sus textos retoma a los amigos vivos y muertos, aquellos que pasaron y se quedaron, de todas las edades, gustos y de circunstancias diferentes.

En este sentimiento profundo por la amistad encontramos sus palabras en muchos de los funerales, como en el de Jorge Gaitán Durán con: “Elegía con los ojos llenos de lágrimas”; canción dolorosa y tierna de profunda convicción, a quien fuera no solo su amigo sino como su padre y consejero. El poeta preservaba su condición religiosa cuando dijo: “Jorgeyo sé que tú nos ves detrás del aire... Tú estás más allá, realizado, definitivo, último…”Unas extensas palabras rodeadas de amistad profunda, en las que termina diciendo: …“Tú cállate, Jorge querido: después nos lo contarás todo”. 
También se pudo  ver la desesperanza en sus palabras a Miguel de Cervantes: “No habrá para ti otoño nostálgico, ni invierno de corazón encanecido...”  Nos asoma Carranza a esa infinita tristeza, con inigualable bondad de sentirse el hijo y padre: “Porque amo a Miguel de Cervantes”. El poeta deja ver su corazón morir ante la desdicha de perder: “Este hombre, otro tiempo, ardió en anhelos de gloria…” “Hoy está solo, pobre, inválido y viejo”.
A los sesenta años de edad, Carranza muestra un aire más optimista; florece la musa con su lírica más profusa, era su tercera época poética.
Mucho antes, en 1959 a Daniel Arango Jaramillo, poeta amigo y coterráneo suyo, también vinculado al Llano por su nacimiento en Villavicencio, con varios años dedicado a la poesía, la política y cargos oficiales, le había escrito: “Bueno Daniel: como al feliz Ulises te sea dado un hermoso viaje. Y haya tanta ventura sobe el mar como el Infante Arnaldo la mañana de San Juan y halles a quien contigo vaya para poder decirle tu canción. Ya se te nota al nimbo del viajero hasta luego Daniel. Dios te bendiga. Ah, olvidaba decirte que te pongas la corona invisible de amistad que esta noche tejimos para ti”
Se observaba en Eduardo Carranza un color azul que traslucía en el fondo de sus poesías. Estaba ya en su labor literaria como director de varios medios ya mencionados. Había una similitud casual entre ambos poetas Carranza–Darío; el padre del poeta nicaragüense muere igual que el poeta colombiano Carranza, como la visita que hacen a España y Buenos Aires, en los primeros lustros de sus vidas; con estadía por tres años de Darío en Chile. Para Rubén Darío, Verlaine fue su ángel celestial, su padre; para Carranza, Darío fue más que eso, fue su maestro angelical y fantástico. Ambos poetas eran algo atormentados por congojas, por las que les atraía el alcohol.
Un tono amoroso se ve en sus “Canciones para iniciar una fiesta” en la que recuerda a su Alicia Angulo que fuera su prima y novia; y que había falleció en 1964, muchas veces su corazón le lloró.
En la Biblioteca Nacional le visitaban muchos amigos, llegaron alguna vez, Cote Lamus con Jorge Gaitán Durán y Carlos Urdaneta; traían un libro muy al uso de la retórica del 50. No los publicó, “arrepiéntete antes”, le dijo el maestro, pero Cote lo publicó. Dos o tres años después, en Salamanca se volvieron a encontrar y le comentó: “Ando recogiendo el libro que me dijiste que no publicara, para destruirlo”. En realidad el primer soneto que publicó el maestro Carranza fue: “La niña de los jardines”, que después fue parte del libro: “Canciones para iniciar una fiesta”
Entre libros:
Bien lo expresó el gran poeta Carranza, que su vida estaba misteriosamente vinculada a los libros y las bibliotecas. Así que entre libros se leyó de todo, desde los poemas de Homero hasta las novelas de Simenón, con avidez y curiosidad, pero con un gran desorden al leer. Decía además que su alcance iba hasta las novelas, ensayos, poesías, historia; muchos libros a la vez.
Fue bibliotecario en la Escuela Normal, en la cual grabó con extraordinaria memoria los casi 70 volúmenes consignados en esa pequeña pero humanística biblioteca, la Amazónica Historia Universal de César Cantú, en la que se jactaba por haber grabado casi todo, tanto así, que su tesis para graduarse como maestro de escuela superior se llamó: “Las bibliotecas escolares”
De regreso a su país en 1958 y de hacer sido diplomático en España por siete años; desde donde se desempeñó como consejero cultural en la Embajada de Colombia en 1963, fue nombrado entonces director de las Bibliotecas del Distrito Especial de Bogotá.
Como su trabajo ameritaba transportarse por todas la alcaldías del Distrito, entre Usme a Facatativá, Usaquén a Engativá; el maestro Carranza lo hacía en la biblioteca ambulante en el conocido “bibliobús”, ya que carecía de vehículo particular u oficial que los llevara. Entonces se ve viajero entre libros, tanto en sus viajes como en su oficina municipal, salón por demás frío, sin ventanas y vacío; espacio que él mismo bautizó como “tumba faraónica”.
El tiempo que ofreció al servicio público el poeta entregó todo su corazón; sus desvelos y su interés, para que cada colombiano leyera un libro. Sacó en limpio su quehacer poético y dirigió los destinos de las bibliotecas populares, sueño que marcó desde que alcanzó su juventud.
Hay que señalar que de García Lorca, Gerardo Diego, Rafael Alberti, (nunca logró desprenderse), y de los hispanoamericanos César Vallejo y Pablo Neruda; con lo cual se revela todo un mundo poético, se oculta totalmente a su época anterior, en aquella poesía de Ubaté, que tuvo el tino de no haber publicado jamás; como él mismo lo dijo, porque evitó hacer el aprendizaje en público.
Años después, fue promotor de varias publicaciones culturales como Gaceta Literaria Altiplano (junto con Jorge Rojas y Carlos Martín 1938), (junto con otras mencionadas anteriormente) y con el periódico El Tiempo, también fue columnista, así como en los diarios ABC en Madrid y El Nacional en Caracas. En 1942 ingresó a la Academia Colombiana de la Lengua. Fue agregado  cultural en la Embajada de Colombia en Chile desde 1945 hasta 1947.
Dirigió por ello, con su amplio conocimiento en el tema bibliotecario, la Biblioteca Nacional de Colombia.
Osadía-La bardolatría.
En la juventud, Carranza con una osadía poco usual, en lo que se vio en su trayecto de vida, se atrevió a criticar la obra del poeta Guillermo Valencia, una de las figuras máximas de la poesía colombiana, que dio lugar a una polémica pública que se conoció con el nombre de bardolatría. En esto se pronunciaron importantes escritores de la época como: Sanín Cano, Juan Lozano, José Mejía y Mejía, Daniel Arango y Joaquín Piñeros Corpas; este quien a pesar de sostener una amistad profunda con el poeta Carranza, lo lanza con un veredicto condenatorio profundo.
Miremos aquí por esa importancia que él da al corazón, cuando Carranza dice de Valencia, que con rara extrañeza le ve como representante de una poesía de minoría, por ocupar en forma excluyente el corazón y la mente del pueblo. Que Valencia tenía defectos temperamentales, como la falta de sentimientos y que su poesía contenía puro formalismo artístico, que  hacía pensar más en su taller y no en un producto irradiado por el alma.
En síntesis Carranza subestima esa lírica de la inteligencia y la poesía parnasiana. En esta mención que hace Piñeros Corpas, dice que el ataque del joven poeta llanero a la consagrada figura del poeta caucano, pesará inevitablemente en el proceso histórico del movimiento “Piedracielista”.
Años después su hija María Mercedes Carranza, y posterior directora de la Casa de Poesía Silva, en 1982, analizó estas ideas de su padre. “Fue Eduardo Carranza quien puso el dedo en la llaga en 1941, cuando escribió un artículo titulado. “Un caso de bardolatría en discusión con Baldomero Sanín Cano, sobre la poesía de Guillermo Valencia. Carranza denuncia en este artículo la existencia de un taller de técnica poética instalado por Valencia en Colombia a lo largo de cuarenta años. Ese taller se empeña en el ejercicio de la retórica, en la destreza técnica, fría y mecánica”.
Por lo anterior, y retomando exactamente lo escrito por Gloria Serpa, esto nos resume el episodio mencionado: “Cuando Eduardo Carranza insiste en considerar a Valencia como un poeta de valor restringido, no hace otra cosa que repetir lo ya escrito por los defensores actuales. La poesía de Valencia es un monumento histórico y es necesario que así se valore, no por capricho de sus últimos críticos y poetas, sino por su encerrado alcance. Colombia es el único país del mundo que discute todavía sobre las nuevas maneras poéticas y cubre de denuestos a las últimas generaciones”-Añade Carranza,..”Pero Valencia, lo repetimos, no es un gran poeta. Es la más alta expresión del artista literario y un musical domador del idioma…” Su poesía ocupa un puesto señero en la historia literaria colombiana, y no es probable que otra alcance su excelsa altura serena. Pero, bajo el corazón del poeta, el día levanta su hoja ciega sin alcanzar a cubrirlo”.
Honores:
El 14 de abril del año 43, contrajo matrimonio con la colombiana, residente en Armenia, Rosita Coronado. Cuenta para el poeta Carranza todo un honor, la mujer que a su corazón llegó como lanza de Cupido. Termina una etapa de viajero incansable y bohemio implacable. 
El poeta Carranza ya estaba sobre los treinta años cumplidos y ella una adolescente vigorosa, como delicada, su figura conservada por muchos años. Deja ver en las fotografías una amplia sonrisa, cabellos negros que caen sobre su espalda y pómulos. Ella ofreció esa tranquilidad esperada por él para conformar un hogar feliz. Era su musa permanente, discreta y silenciosa; distante y valerosa como algún día la llamó él. Su hogar se vio rodeado de sus hijos Ramiro, María Mercedes y Juan.
1946 a 1947, Carranza en Chile. Había cumplido sesenta años, hace que en esos momentos su figura sea vista con simpatía y una admiración especial. Tenía un halo exclusivo de permanencia, traía a la vida y a los jóvenes. Desde sus mismas soledades la poesía fue su sostén particular. Carranza como bien lo invoca el reportaje que le hiciera Gloria Serpa, venía de una estirpe de poetas como Garcilaso y Juan Ramón y Bécquer, Silva y Flórez, Rubén Darío y Neruda.
Recibe el honor profesional de ser electo miembro de la Academia Colombiana de la Lengua. Fue el 6 de agosto de 1958, más exactamente que Eduardo Carranza toma posesión como miembro de número y se despliega su discurso sobre “La poesía del heroísmo y la Esperanza”.
Desde 1933 que se dio a conocer con su primera poesía, fue señalado como un poeta con letras mayúsculas, no es sino tomar uno de sus primeros libros y sentir los sabores, el aire y el vigor poético. Por eso al desaparecer Carranza se dijo que se iba el último poeta lírico de Colombia. Así mismo como hombre y poeta, él es uno de los pocos que logró integrar su vida a su poesía, como un solo corazón.
En su nombramiento en la Academia de la Lengua Colombiana, su discurso incluye unas palabras para resaltar: “Sólo puedo ofreceros el orgullo de no haber pertenecido a ninguna república de envidias y de haber soñado los más altos sueños nacionales. El orgullo de no haber escrito oscuros cantos, ni invitaciones al odio, ni odas al arrabal de la persona humana…”
Porque si bien es cierto aquí y en la esfera del planeta las envidias no se hacen esperar, bien supimos de este tema que a todos nos llega de alguna manera. Evidente es su claridad en lo que hizo, quería hacer y lo que alcanzó, a pesar de todo.
Entre los muchos  reconocimientos están también, el Premio Internacional de Poesía de Venezuela que recibió en 1945, la Medalla de Honor de Cultura Hispánica y la Gran Cruz de Isabel “La Católica”.
Carranza y Neruda:
1943 fue un año importante para la poesía y para el poeta Carranza. Se encuentra en Bogotá por primera vez con otro grande como Pablo Neruda, que llega de Chile y desde ese mismo instante hasta su muerte, los dos fueron compadres, además de ser amigos.
El primer libro que publica Eduardo Carranza está enmarcado en este año también, ya con el ingrediente de ser padre amoroso y tierno como lo era. “Este era un rey”, delicado en textos que contenía canciones de cuna y poesías infantiles como: “Cancioncilla”, “La casa del lucero”, “Don Paramplín”, “Compañera del aire”; indiscutibles versos de contenido para pequeños, con un sustancia de ternura y entrega adorada de padre.
Indiscutible fue la promoción que hacía siempre Carranza a la cultura colombiana y en general a su movimiento “Piedra y Cielo”, precisamente este le permitió hacer presencia en el ambiente nacional e internacional literario. Además de sus cargos diplomáticos, famosa hizo su embajada en Chile, desde donde logra una gran amistad con Pablo Neruda. Fue enormemente solidario con muchos de los perseguidos y acogió a muchos de ellos en la embajada de Colombia en ese país, a pesar de su posición política, siempre se le abonó esta deferencia.
En el libro de Neruda “Confieso que he vivido” menciona precisamente la relación con los “Piedracelistas”. Se conoció ampliamente que en sus viajes a Colombia era con llegada siempre donde Carranza y hacían reuniones con sus amigos del Movimiento. Se hizo tan cercana la amistad que Neruda fue el padrino de su hijo Juan Carranza.
Emir Rodríguez Monegal, menciona en los ciclos poéticos de Neruda que ambos conciben su obra de una manera unitaria: “Siempre sus libros tendrán una unidad interior que no depende para nada de la lucidez con que han sido ordenados a posteriori, sino de haber sido creados dentro de un ciclo completo (vital poético) y de obedecer a un estado afectivo profundo. De ahí la unidad indiscutida de los mejores”
Manifestación política:
La etapa de adolescente de Carranza coincide con lo vivido en Europa con el fascismo y el comunismo en España. Su formación en la Escuela de los Hermanos Cristianos, de corte eminentemente conservador y por ende las lecturas que llegan son de derecha española, como las de: José Antonio Primo de Rivera, Ernesto Giménez Caballero, Ramiro de Maeztu. Y la Constitución Bolivariana, lo marcan también en sus posiciones ideológicas.

Era 1933 y nacía el movimiento de Acción Nacionalista Popular, cuyo auge alcanzó hasta seis años después. Fue precisamente Carranza su inspirador y fundador. Para estos momentos después Hernando Téllez, crítico literario y periodista hace alusión a no tan gratos momentos vividos por el poeta; “Que ni de la política y menos de la poesía, podría vivir placenteramente en lo económico,  más alcanzando en tal sentido, la de vivir un mundo envuelto de amenas y dulces palabras que pudiera haciendo poesía”  De ello bien cierto salen sus palabras cuando dijo: “Yo soy un simulador del ocio” Y es que al correr del tiempo estos le otorgan una vida, que fue con bastante esfuerzo, pasó a ser tranquila. Con casa propia y un futuro más seguro, el poeta con su pluma alcanza, que su carrera en ascenso, le proporcione éxitos con sus letras y con ellas una situación más plácida; entre sentarse sobre la piedra de su antejardín en Bogotá en la calle 73, mientras el sol abrazaba sus hojas; también leer y releer notas de sus amigos y dedicatorias, o sobre la mesa de vidrio esparramar un centenar de libros donde mostraba los escritos de su compadre Neruda, que le traía una mariposa azul; o poder pensar en poemas con el corazón puesto sobre esas hojas donde los dejaba.
Al maestro Carranza se le distinguió combativo en algunos de los temas referentes al histórico político del país, aunque se ve que para nada influyó en su trabajo poético, según lo menciona Maruja Viera. Diferente a lo suscitado en el cambio por sus gustos literarios, como se menciona en el libro, “Lo que se dijo y no se dijo en mi gran reportaje a Eduardo Carranza”, en su capítulo llamado:¿El poeta del aire?;…tal vez afrontó una crisis de valores durante los veinte años de grupo de Mito, en los años que precedieron a los acontecimientos de Woodstock y París en 1969. Había estallado la reacción juvenil en contra de los poetas establecidos, de uno y de otro partido político, en un periodo que coincidió con el paso y la transformación de la poesía desde Carranza, con sus jardines y sus rosas, hasta la aparición de la yerba y la flor para mascar de los nadaístas de Colombia-Un país donde “todo estaba bien”, menos el corazón de Eduardo Carranza.

De la dictadura como sistema de gobierno, no cabría en su pecho siendo poeta, comprender ser de la tiranía y la crueldad. Sostuvo siempre que el Libertador Simón Bolívar, era su enseñanza como padre,  mano guía y amor a la Patria.

No pertenecía a ningún partido tradicional en Colombia, clara muestra sus nombramientos diplomáticos en varios gobiernos de diferentes partidos. Sobre el auge del nacional-“carrancismo” proclamó que era: “un motín unipersonal”.

Carranza por Carranza: 

Su hija María Mercedes en el prólogo del libro “Carranza por Carranza” deja clara la evidencia política de su padre: –Porque el cambio no se produce únicamente en el ámbito poético. En realidad el cambio está en el aire. Los años en que comienza a escribir Carranza, con el acceso al poder del partido liberal, luego de cuarenta y cinco años de hegemonía conservadora. Y más concretamente coinciden con los cambios profundos introducidos en el país por la primera administración de López Pumarejo….

Carranza fue universal; pero más que eso, Latinoamericano puro, nacionalista hasta los huesos y de ancestro llanero orgulloso.

Pablo Neruda sobre Carranza, escribe aludiendo al periplo por Suramérica: “Porque tú eres la frente poética de Colombia, de esa Colombia dividida mil frentes, de esa Patria sonora, poblada por los cantos secretos de la enramada virginal y por el alto y desinteresado himno de la poesía colombiana…”. Aquí observamos cómo era visto Carranza desde su corazón más profundo sobre su Patria, la que amó con admiración y en la cual sembró todo su afán literario y humano.

Se sentía Carranza un caudillo con orgullo, en los inicios que él llamó primaveral y germinales, como renovadores en lo poético y en la política, ocasionados por sus actos, en especial por el Movimiento que él a decir verdad fue quien lo incitó a formar y fue su mayor promotor y difusor; estamos hablando de “Piedra y Cielo”, como una inquietud político-poética, con raíz Bolivariana; ya conocida por su admiración profunda a Bolívar, que velozmente fue calificada como fascismo y falangismo; dos frentes ya mencionados en lo literario y en lo político.

Podemos concluir este amplio espectro político-poético de Carranza, leyendo a Federico Díaz Granados, uno de los que ha estudiado muy bien sus obras: “Yo creo que Eduardo Carranza es el último de nuestros poetas nacionales, entendiendo como poeta nacional a los poetas que le han dado identidad y cohesión a una Nación, con lo que ha cumplido Carranza. Es un poeta que no solo habló de los grandes y fecundos asuntos humanos, sino que habló del ser colombiano…Cuando el colombiano se exalta recita a Pombo, Barba Jacob, León de Greiff, y por supuesto recita a Eduardo Carranza”.Creemos que en esta parte está dicho por las nuevas generaciones, lo que representa nacionalmente Carranza en sus contenidos poéticos.

Diplomacia:

Carranza estuvo en Chile entre 1946 y 1947, llega con su esposa Rosita Coronado y su hija María Mercedes,  una bebé de apenas unos meses. En ese país nace su hijo Juan. Héctor Fuenzalida, hace en su permanencia en ese país unas evocaciones que van desde su descripción física hasta su postura. Le ofrecen un banquete en uno de los restaurantes de Santiago. Su esposa había llegado con él. Espigada de cabellos negros y unos ojos bellos.

Fue el poeta Carranza, centro en la oratoria y la poesía, su estilo era contundente; de voz sonora y segura, comenzó a ser centro en las reuniones que se hacían. Era el lugar frecuentado por muchos chilenos. Se recuerda a la entusiasta y atenta esposa y Helena su doméstica que se atareaban atendiendo a los visitantes, en los que muchas veces en medio de todo se escucharon los himnos de su melancolía y la lírica a tapetes en sus recitales con: “Teresa en cuya frente el cielo empieza”….Pero su nostalgia por su país se dejaba notar.

El Conservatorio Nacional de Música y Declamación en Santiago, era la única forma en donde el poeta producía ese contacto que daba luz a textos que salían de su corazón, era realmente alucinante y respetado por ello. A muchos les llegó a parece un niño en su comportamiento social, no daba cuenta nunca de ordenamientos acostumbrados, simplemente se dejaba llevar por sus obligaciones diplomáticas.

Llega a Buenos Aires-Argentina, en 1948, siguiente año después que estuvo en Chile,  ciudad del tango y la milonga. Estaba de embajador de Colombia Joaquín Piñeros Corpas, hombre de letras.

Carranza visita Argentina por la invitación que le hiciera, la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, en calidad de director de la Biblioteca Nacional de Colombia. Fue para el mes de junio del año citado y estaba como director de la biblioteca de ese país, Hugo Wast. Su visita fue en un momento crucial, por la situación crítica que vivía ese país. Tuvo un efecto ecuánime con los diferentes grupos que la política había logrado dividir injustamente. Conversó con políticos, literarios, poetas y periodistas que se entrevistaron con él en la embajada de Colombia en esa ciudad. Actuó decididamente como pionero de la lírica de Suramérica y se mostró anhelante de conocer las letras argentinas y la expresividad para conocer esa realidad política, sentida que vivían. Fue invitado de honor de organizaciones peronistas y de grupos recalcitrantes de oposición, sin que ello incomodara a nadie, más sirvió de intermediador. Su diplomacia en estos asuntos y otros se hacía notar.

A España, alguna vez dijo Carranza, que por ir a ese país haría cualquier cosa. A su poesía se le veía vestida de trajes europeos, exceptuando las pocas veces que compuso versos con aires de paisaje andino y llanero. Para condensar su estadía en la tierra vasca, en el año de 1958 se preparaba para dejar este país y su cargo de la embajada de Colombia. Un redactor del periódico A. B. C. de Madrid, Luis Quesada, determinó una encuesta sobre el significado de la estancia de Carranza en España.Entre las muchas respuestas de los entrevistados más representativos de la opinión literaria española: -“Los siete años de Eduardo Carranza con nosotros han sido la mejor demostración de que la mejor diplomacia es la de la poesía y la del corazón. -Nadie como un poeta para realizar una labor realmente eficaz de acercamiento cultural”-Gerardo Diego. –“Veo en Carranza, aparte sus valores estrictamente poéticos, un hablista que merece ser estudiado atentamente desde el punto de vista del idioma hablado por españoles e hispanoamericanos”- M. Fernández Almagro. –“Le considero como uno de los más grandes oradores de habla castellana y como uno de nuestros más grandes poetas contemporáneos”- Gregorio Marañón.

Creemos que con estos pocos elegidos conceptos, encontramos a ese Carranza que llegó a España a irradiar y relucir entre españoles.
En su corazón:
Carranza pensó siempre que vivían personas como poetas, entre ellos Cristóbal Colón, Simón Bolívar; entre otros, donde la poesía va más allá de las palabras, como por supuesto el amor, el cariño y las demostraciones del alma que tiene la vida de ser. “La esperanza está en nosotros”, decía,“Si no tenemos esto no estamos esperando nada, entonces estamos muertos”. Se defendía solo, era el poeta neo-romántico, hispano, criollo, colombiano; con el más alto orgullo de ser un patriota de su país.
El texto amoroso que más amaba precisamente es “Melancolía” y poema de contenido nacional “La Patria” en el que se asoma toda una carta. Resaltó igualmente algunos textos de exaltación hispánica, por ejemplo: La poesía del heroísmo y la Esperanza. El canta a las ciudades hispánicas y El breve elogio del castellano imperial. Algunos de esos títulos: “Melancolía de diciembre”, “Viaje a mi corazón de veinte años”... “Nochebuena”, “La casa en el recodo de la infancia”.
De sus trabajos que él resaltó también los clásicos: “Miguel de Cervantes y Mi corazón”. Encontramos una reseña de Diana Montoya de Duchamps, en cuyo reportaje en Colombia ilustrada de 1969, en Lo Azul y su padre Darío, (La oración es azul-Julio Flórez) –Rubén Darío puso un brochazo de color en la poesía; un toque azul, azul de cielo o el azul del mar; el azul presentido por Mallarmé: ¡Je suis hanté L'azur! Con su libro Azul publicado en Valparaíso, en 1888, él cambio la idea y lo estético de la poesía en un movimiento modernista. Para Carranza lo azul tenía la condición de una clave estética, era fuerza interna.
Latir poético:
Sus primeros poemas fueron publicados en 1933 en las Lecturas Dominicales del periódico El Tiempo, luego en la Revista de las Indiasen 1936: “Regreso con islas y jazmín”y En Popayán, “Sobre el vitral del aire”y un soneto que no se ha recuperado y que fuera publicado en una edición de Jorge Zalamea, quien lo dedicó a la muerte de García Lorca, con una visión entre la apertura a lo renovador.
La pluma Carranza conquista, por la originalidad y sencillez, el ademán de su actitud poética y lírica; fuerza interior que emana con una claridad maravillosa no antes leída en otros poetas, llega al corazón, tanto así coincidencia con este asunto, el hecho que la exposición sobre la conmemoración de su natalicio 100 años, se llamó “El oído en el corazón”. Se expusieron veinticinco primeras ediciones de sus libros en el archivo de Bogotá, algunas con dedicatorias a Hernando Santos y a su tía Julia; también cuatro caricaturas y veintisiete fotografías de lo que fue su vida intensa social, literaria y política.
Singular en la mayoría de los ataques que le hicieran al poeta, se funde una discusión clara, más bien una crítica impulsada por celos sobre su originalidad en ciertos elementos de su poesía.
-Con intención no muy transparente se ha tratado de aprovechar aquella zona de influencias o reminiscencias que lógicamente existen en toda obra juvenil, sin advertir, o advirtiéndolo, que aquella gracia primigenia, en ocasiones un tanto nebulosa y mágica de Carranza, se había ido transformando en un estilo exclusivísimo.- No cursi el sentimiento sino delicado y selecto, diríamos y en ocasiones etéreo como en: “Soneto insistente”,” Soneto con una salvedad” y “Soneto a la rosa”.
En 1935 en su primer tomo con “Canciones para iniciar una fiesta”, recoge los poemas escritos entre este año, a 1936. Trae un acento amoroso, marca una figura delicada de Alicia Angulo, su prima novia, ya mencionada. -Alicia Altanube, Alicia por-que sí, sí;  Alicia, porque sí no, blanca abeja de dulzura, la dulce amada que tenía el alma de nube, vago vagar vagaroso, prima de las azucenas... Las “Seis Elegías”, concebidas entre 1939 y 1940, canto a la amiga desaparecida Maruja Simmonds, con las que inicia:“La que fue como un dulce río detenido: río ascendido a nube para siempre”.
“Sombra de las muchachas”, 1939-1941, dedicado este libro a la memoria de Carlos Lara, su amigo español, famoso pintor, que a dos manos ilustró la excelente edición de: “El olvidado” y “Alhambra”, encontramos a un Carranza con poemas magníficos.
Ese poema Nadadora con “Amoa” que titula magistralmente, con el verso final memorable…Eres una mañana vestida de muchacha… que en 1937 surge cuando ve nadar en el Club Campestre de Cali, a Berta Calero Tejada. Tantos más poemas que nos dejó; a esas niñas de sus épocas, a sus amigas bellas como: Yolanda Mora: Yolimur, Yolimar, Yolimor, como los tantos nombres que decía con su singular estilo.
Hacía de los vocablos una puesta singular, como ejemplo: Alazul, Islaflordorada, el pasaje aurialado de la estrella. Y los tres sonetos más conocidos: “El soneto a Teresa”, María Teresa Holguín, “Teresa, en cuya frente el cielo empieza…”; -“El soneto con una salvedad”: -“Salvo mi corazón, todo está bien” y El poeta se despide de las muchachas: …”Jóvenes de ternísima cintura”
Sus mejores piezas de poesía épica las presenta en: “Canto en voz alta”. Resalta a Colombia y España, países mencionándolos como: “mis niñas amadas”…”Venid muchachas de caliente nácar, Lía, Clara de Luna y Soledad de Sol, Beatriz, Luz, María, Lucía, Berta, Ángela, Cecilia, Teresa, Carmen, Inés, Margarita, Elvira, Lina y Yolanda Arroyo.
Se canta a los llanos de la patria” va en metáfora de muchacha, se dirige a su amada tierra de corazón, como a una señorita vestida de cocuyos. Este romance heroico, en decasílabos, contiene el hermoso paralelo de tierra amada.  Se dijo que en este poema tal vez se descalifica la antología de Carranza, es su estilo que muestra el españolismo absoluto.
Éste era un rey”(1944-1945) es un libro fabuloso de poesías infantiles que el poeta dedica a su esposa, Rosita y “En Los días que ahora son sueños” (1943-1946).  En este periodo se percibe una poesía en Carranza con un agridulce sabor de desilusión, que genera una amargura en su libro “El olvidado”. El prólogo fue de Dámaso Alonso (-Lo sensorial, lo temporal y lo permanente en la poesía de Eduardo Carranza- 3 pág.183). Este material de Carranza contiene poemas importantes como: “Es melancolía: -Te llamarás silencio en adelante…”; “Soneto sediento”:Mi tú. Mi sed. Mi víspera. Mi te amo. El puñal y la herida que lo encierra. Mi por siempre jamás. Mi agua delgada gemidora y azul...” Años antes de morir su amigo Eduardo Cote Lamus, con el tema de “Ausencia”, que en estrofas hizo, es de profundo sentimiento y de quebrado corazón.
Su último libro, antes de iniciar su tercera época: “Los pasos cantados”, acopia su obra desde 1955 hasta 1968. Inicia con el poema de Jorge Gaitán Durán, palabras de amistad a Eduardo Carranza. Después, “Los pasos cantados”, poema que contiene reflexión filosófica. Y algunos fragmentos de: “La cantata” en honor a Antonio Llanos: “Antonio trigo, el de la mano como un ala…” El cuadro surrealista que presenta de Colombia en “La Patria” es una carta diríamos, que finaliza en tono original y sensible: “Estoy cansado. Estoy triste de Patria y poesía...” y firma como lo hacía en la escuela, simplemente: Eduardo.
Piedra y Cielo:
Nace un movimiento poético, una corriente de literatura colombiana, impulsado y promovido especialmente por Eduardo Carranza que se llamó “Piedra y Cielo”
Era el año de 1939 cuando es tomado el título del libro de poesía del gran admirado por el poeta Carranza, Juan Ramón Jiménez, que había sido publicado en 1919. A partir de esto, muchas de las publicaciones que hacían sus integrantes, se les llamaba “Piedracielistas”, conformada por poetas colombianos nacidos entre 1910 y 1915, postvanguardista e iconoclasta; impío se dijo de Carranza, que arremetió contra el paradigma poético que dominaba en el país, básicamente sobre la obra de Guillermo Valencia, poeta con alta reputación. Se anota aquí que fue considerado uno de los grandes hombres del modernismo hispanoamericano y representante de la cultura reaccionaria que fue auspiciado por los gobiernos conservadores imperantes durante el primer tercio del siglo XX. 
Se destaca de los “Piedracelistas”que no tuvieron manifiesto, ni establecieron escuela poética, más bien propugnaban por una poesía central, leído así en la introducción de los cuadernos de Jorge Rojas y el artículo Eduardo Carranza.
Vemos algunas características especiales de este grupo, entre otras, la emotividad amplia y la insolencia por las formas destinadas y casi beatificadas.  Realmente cuando Carranza escribe el artículo titulado “Un caso de bardolatría”, (ya mencionado), presenta los poemas del grupo; como alternativa, al igual dijo entonces que era: “Un poeta sin perspectiva humana”, fue cuando realmente se presenta esta dinámica alrededor de la polémica en la que se sintetiza que Valencia apenas si era un buen poeta, pero impávido haciendo alarde de palabras a “espaldas del tiempo y de su pueblo”.
El movimiento sin duda significó una renovación absoluta en la lírica del país, que hacía muchísimo tiempo en Colombia no se veía desde lo político social, especialmente en los últimos años treinta. Fue importante su influencia en escritores como Gabriel García Márquez, quien en alguna oportunidad dijo que este movimiento fue fundamental para él: “Gracias a esta herejía pude dejar atrás una retórica acartonada, tan típicamente colombiana....Creo que la importancia histórica de “Piedra y Cielo” es muy grande y no suficientemente reconocida...”
El más importante exponente, no hay duda y además promotor incansable, fue precisamente Eduardo Carranza, con un estilo melancólico, romántico; arraigado a lo antaño, a tierra y sentimiento.
Algunos fragmentos de sus letras poéticas:

Azul de ti
Pensar en ti es azul, como ir vagando por un bosque dorado al mediodía:
nacen jardines en el habla mía
y con mis nubes por tus sueños ando…

Soneto a la rosa
En el aire quedó la rosa escrita.
La escribió, a tenue pulso, la mañana.
Y, puesta su mejilla en la ventana
de la luz, a lo azul cumple la cita… 

Galope súbito
A veces cruza mi pecho dormido 
una alada magnolia gimiendo, 
con su aroma lascivo, una campana 
tocando a fuego, a besos, 
una soga llanera 
que enlaza una cintura,

LLANO LLANERO- (Destacada poesía dedicada a su Llano-fragmento):
Aquí está el Llano escrito de ríos. El Llano azul de ríos. Tierra casi toda aire. 
Horizonte, novillo cimarrón y fruta y tiple y caballito veloz y copla triste y novia morena y silbo del turpial…
Aquí está el Llano, extendido hasta el cielo. El Llano sin principio ni fin como mi alma. 
El Llano que se prolonga de palmera en palmera como el mar de ola en ola. 
Aquí está el Llano empapado de sol como la mar de sal.
Aquí está la llanura. Y en la palma de su mano esta la línea de la suerte de mi patria. 
Esa línea es azul y se llama río Meta.
Aquí está el Llano, firmamento de tierra, patio de Colombia, lleno de naranjos. El Llano, el Llano llanero. Yo le canto de pie, a grito herido y hasta enronquecer. En pie sobre mi arpa yo le canto
Es interesante señalar cómo la poesía de Carranza siguió muy fielmente un ciclo vital, el suyo. Refleja en su forma y en sus temas, sus experiencias e ideas; evolucionó de acuerdo con su propia marcha. Su poesía de juventud muestra el corazón de un adolescente, e igual luego cuando llega a la madurez y por último a la vejez. Fue una vida entera con todas sus pasiones, ilusiones, desengaños y equivocaciones que está escrita en sus versos. Carranza es y seguirá siendo color y letra de: Patria, muerte, amor y tierra. Se la jugó todo en su oficio de escribir y como él mismo lo expresó, dejó su corazón escrito.
Sus últimos tiempos:
Aún en nuestra memoria de esos últimos días de su visita al Llano, a su ciudad de Villavicencio, se recuerda cuando en la Hacienda La Campiña de propiedad del industrial, Luis Eduardo Caicedo Mota; quien le hacía un merecido homenaje en vida al poeta y amigo, en compañía de sus familiares y amigos más cercanos; especialmente su hija María Mercedes, controlando su diabetes, el poeta se aplicaba la insulina cuando fijaba sus ojos en las cuerdas del arpa. Ya estaba muy enfermo para entonces. En medio de la música llanera con una cena con sabor a Llano y joropo, se brindaba por su vida y se daba gracias por su invaluable entrega poética. Unidos alrededor de Carranza, nombre y obra que jamás se olvidará. Ese día quedó plasmada su figura en unas fotografías, 19 meses y 13 días  antes de su fallecimiento, para lo cual Daniel Samper Pizano, publicó precisamente en su columna de El Tiempo “Carranza vuelve al Llano, tenía entonces 70 años en 1983.
En Bogotá,  el 13 de febrero de 1985, fallece y su cuerpo es llevado al cementerio de Sopó, junto a los restos de sus familiares: madre, esposa e hija.
En algunas de las publicaciones realizadas en su honor, existe una de Daniel Samper Ospina, que escribió: “El Llano como una mujer”, como ferviente seguidor del  poeta llanero. En ese escrito deja palpable el amor indudable que Carranza sentía por su tierra, en la que describe a los Llanos como si fuera una mujer. Se destaca entre otras letras, este texto que deja claro que la mejor forma de conocer al Llano es visitar la obra de Eduardo Carranza. En un especial de los Llanos Orientales se dice que vale la pena destacar a Carranza: El festivo, para el cual la naturaleza con la que creció; paisajes llaneros de los que fue testigo desde que llegó a la vida, le sirvieron para describir a la mujer. “Imagen casi perdida”, además como muestra de lo anterior:
-Eres como la luz alta y delgada.
Como el viento eres clara sin saberlo
Vacila tu actitud como la tarde
Suavemente inclinada sobre el mundo.
…Eres una mañana vestida de muchacha.

Se dijo que Carranza explicaba con enorme luminiscencia a sus mujeres porque las delineaba como si dibujara en el alma de ellas.  Otras ediciones destacan siempre poemas como: “Canciones para iniciar una fiesta”, “Seis elegía y un himno”, “La sombra de las muchachas”, “Azul de ti” y “Llano llanero”.

Y encontramos que el 23 de abril de 2013, el Ministerio de Cultura de Colombia declaró el año del poeta, también por los 100 años de su natalicio.  La familia Carranza entregó a la Biblioteca Nacional casi cinco mil documentos, entre los que hay fotografías, poemas, cartas y escritos; que hacían parte del archivo personal del poeta para que sean digitalizados y conservados, al ser esta la entidad a cargo de salvaguardar el patrimonio bibliográfico y documental colombiano. En el departamento del Meta, se realizan lecturas y concursos. La ya existente Biblioteca y un colegio en Villavicencio, llevan su nombre. Hay proyectos que se piensan realizar en su honor.

A propósito de esta celebración, se han leído publicaciones como la de su seguidor, escritor y poeta Federico Díaz Granados: -“Su obra ha sido fuerte, clara y única por su actitud poética y lírica. Creo que hay unos grandes temas que son comunes a los poetas de todos los tiempos, pero que Carranza los trata de una manera muy original y muy propia. Por un lado está el gran tema del amor, en el cual encontramos algunos de sus más bellos poemas y sus más grandes sonetos. Está el tema del paso del tiempo y la proximidad con la muerte, que lo vemos sobre todo en esa última etapa de “Epístola mortal” y de un soneto como “El insomnio”.

Eduardo Carranza al leerle es: muerte,  amor,  tierra y Patria y no será el silencio que embargue nuestros corazones; la melancolía no podrá habitar, porque de azul se vestirán las páginas con sus letras y en ellas el latido de su corazón siempre estará.


(Agradezco el importante aporte plasmado en la edición de los libros de la escritora Gloria Adela Serpa de Kolbe)


Villavicencio-Meta, noviembre, 2013.

* ANA MARGARITA RODRÍGUEZ DEVIA

BREVE RESEÑA 

Comunicadora Social-Periodista, de Villavicencio, departamento del Meta-Colombia, egresada de la Universidad de Bogotá, Jorge Tadeo Lozano, con postgrado en comunicación empresarial y organizacional, con otros estudios.
Ha trabajado escritos, entre crónicas periodísticas, artículos, (revistas especialmente) y poesías desde niña, que le han merecido reconocimientos.
Ha impulsado las artes y ha sido fundadora de grupos de teatro, participando activamente en exposiciones y obras. Obtuvo también su tarjeta profesional del artista.
Comunicadora Social en el Sena, Consultora del Corpes de la Orinoquia con el proyecto “Relación Villavicencio-Bogotá”, Alcaldía de Villavicencio y Gobernación como Periodista, Relaciones Pública y Jefe de Protocolo con la Gobernación del Meta y empresas particulares, organización de eventos, docente y catedrática en varias universidades. Conferencista de talleres a la comunidad. Igualmente le ha preocupado proyectos, jornadas y campañas nacionales y regionales, en favor de la mujer, niñez, jóvenes, deporte, lucha contra el Cáncer, lucha contra el VIH, defensa de los indígenas, medio ambiente, entre otras, participando activamente.
Ha contribuido al desarrollo de la cultura en el Meta, en general a la imagen regional.  Con jóvenes ha realizado la tarea de dictar talleres para la imagen integral llamada “Ingeniería de Imagen”. 
Actualmente colabora como Comunicadora Social en la dependencia de “Comunicación e Imagen” de la Cruz Roja Colombiana Seccional Meta. 
Fue seleccionada por el gobierno departamental para organizar la muestra del Meta en 1992, en la 5ª. Feria Internacional del Libro en Corferias, “Homenaje a Escritores del Meta, resaltando a Julio Daniel Chaparro, poeta, como homenaje central a Eduardo Carranza, poeta llanero.
Seleccionada al VII Encuentro de Escritores Hispanoamericanos “Presencia Viva de la Poesía” en 1998, evento realizado en Villavicencio.  Obtuvo el primer y segundo puesto en el concurso literario modalidades poesía y cuento, respectivamente de la Revista Trocha.  Organizó la muestra el Meta en la Feria Internacional del Libro, galardona como la mejor del país. Ha laborado como periodista free lince en medios radiales, prensa y televisión.
Es nombrada recientemente como delegada, Presidente para Colombia de la Organización Mundial de Poetas, Escritores y Artistas; en redes sociales del mundo.

Su trabajo más osado en otro campo lo realizó incursionando en la promoción de figuras de la belleza llanera, obteniendo la corona por primera vez para el Meta con Lina María Gaviria, con quien se empeñó en la divulgación de la región, especialmente del departamento del Meta en todos los medios locales, nacionales e Internacionales.
Ha contribuido al desarrollo participativo y recreativo alrededor de la integración y la solidaridad.
Actualmente es la directora periodística, cargo que desempeña hace 15 años en Revista La Meta Colombia, también forma parte del consejo editorial y escribe el 85% de todos los textos que se publican, siendo su trabajo más destacado las crónicas de caserío llanero, sección periodística creada por ella, que reúne investigación basada en anécdotas, reportajes por personajes vivos, o familiares del pasado de Villavicencio y el Llano, que aún no se han publicado.
En la actualidad trabaja en varias obras literarias y proyectos especialmente de géneros: poesía, novela, cuento y crónica.
Se le reconoce sus esfuerzos y trabajos continuos en pro de la Cultura y las Artes del Meta, como en lo  social en favor de la población vulnerable; por esto y otras labores, es muy conocida en el medio, siendo benefactora de muchas fundaciones y obras. Ha trabajado todos los géneros periodísticos en prensa, radio y televisión.
En la actualidad participa activamente en la formación de talleres y actualizaciones en medios de comunicación local a través de la Asociación de Periodistas del Meta-ASOPEMET y desarrolla programas de comunicación organizacional, eventos empresariales y sociales. Está dedicada también a la docencia universitaria, asesorías de imagen y proyectos.
Fue condecorada con la orden máxima categoría oro con la “Orden ciudad de Villavicencio” en el año 2010, en el marco de la celebración de los 170 años de la fundación de la ciudad, otorgada por la Alcaldía de Villavicencio.
Ganadora de Premios de Periodismo en su primera versión, (2012)-Julio Daniel Chaparro, organizado por Noticias de Villavicencio.com; con la investigación periodística “Inmigrantes del Orinoco hacia el Sur”  y recientemente nominada nuevamente a estos premios con la investigación “Ya no vive nadie en ella”. Destacada y condecorada por su labor institucional en la Cruz Roja Colombiana Seccional Meta, organismo de socorro con el que se encuentra vinculada hace 12 años como directora de Comunicación e Imagen, y por su labor social y cultural, por la Casa de la Cultura Jorge Eliécer Gaitán; entre otros.


*Escrito extractado de:
 Obispo (Emérito) de Villavicencio–Monseñor Gregorio Garavito Jiménez
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Anna Margarita Rodriguez Devia  anmar23@hotmail.com
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Skype: marode23
E-mail institucional: comunicameta@cruzrojacolombiana.org
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Publica y difunde: NTC …* Nos Topamos Con …
Cali, Colombia.
* Se actualiza periódicamente. Diciembre 19, 2013
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NTC … ENLACES:

28 de diciembre de 2012


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8 de agosto de 2010
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DISERTACIÓN EN EL CENTENARIO DE EDUARDO CARRANZA  ACADEMIA COLOMBIANA DE LA LENGUA . Por Gloria Serpa-Flórez de Kolbe. BOLETÍN DE LA ACADEMIA COLOMBIANA. TOMO LXIV. NÚMEROS 259-260. ENERO – JUNIO, 2013. BOGOTÁ. Pags. 36 a 38 (Click derecho sobre las imágenes para ampliarlas en una nueva ventana. Luego click sobre la imagen para mayor ampliación) 
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Agradezco la invitación formulada por el Señor Director Dn. Jaime Posada, para presentar mi segundo libro sobre Eduardo Carranza y su obra, en este homenaje que la Academia Colombiana de la Lengua, rin­de al poeta colombiano, Miembro de Número de esta institución, en el centenario de su nacimiento.

Lo que se dijo y no se dijo en tni Gran reportaje a Eduardo Carranza, libro que hoy presento a la Academia Colombiana de la Lengua, no es una segunda edición de miGran reportaje a Eduardo Carranza. Su contenido es similar, pues se trata de la vida del poeta Eduardo Carranza y la recepción a su obra literaria por la crítica en lengua castellana, y su organización y edición son diferentes. Su texto y el orden de sus compo­nentes también difieren, tras haber sido sometido a una mayor organi­zación y a una rigurosa numeración temática, que facilita la lectura y agiliza la captación del tema. … sigue en: 
http://academiacolombianadelalengua.co/sites/default/files/BOLETIN%20DE%20LA%20ACADEMIA%20259-260%20(2013).pdf Allí textos de otros autores sobre Carranza y con motivo del HOMENAJE 
 Lo que no se dijo del poeta Eduardo Carranza. Detalles inéditos de la vida de Eduardo Carranza son publicados por Gloria Serpa. El Tiempo, 18 de junio de 2013 http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-12880129
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***  5 de junio, 2013, Bogotá,  12.00 m.

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--- “LO QUE SE DIJO Y NO SE DIJO EN MI GRAN REPORTAJE A EDUARDO CARRANZA”. Por Gloria Serpa Flórez de Kolbe.  Su SEGUNDO LIBRO SOBRE EL MAESTRO y Poeta.  PRESENTACIÓN, PRECEDIDA DE LAS PALABRAS DEL ACADÉMICO BENJAMÍN ARDILA DUARTE. Lugar: Jockey Club (Norte), Bogotá, Carrera 4ª. # 72-54. Favor confirmar su asistencia al teléfono 689 5129. / NTC ...  enlace: Gran reportaje a Eduardo Carranza. Gloria Serpa de de Francisco. Bogotá : Instituto Caro y Cuervo, 1978. ,  http://ntcpoesia.blogspot.com/2012_12_28_archive.html 
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